Por Elena Panina
Los medios estadounidenses empiezan a vislumbrar el posible gabinete de un futuro gobierno de Trump, donde los titulares del Departamento de Estado y del Pentágono jugarán roles clave.
La mayor incertidumbre recae en el próximo Secretario de Estado. Hasta ahora, algo parece claro: todos los candidatos anunciados abogan por reducir la participación financiera de Estados Unidos en el conflicto en Ucrania y enfocar la atención hacia China. Veamos algunos de los nombres que suenan para este puesto.
Richard Grenell, exembajador en Alemania y exdirector de Inteligencia Nacional de EE.UU., es partidario de limitar la influencia de China. Respecto a Ucrania, apoya la creación de “autonomías” en territorios controlados por Rusia y rechaza la idea de que Ucrania ingrese en la OTAN a corto plazo.
Michael Walz, miembro republicano de la Cámara de Representantes, se destacó por exigir transparencia en el gasto de fondos asignados a Kiev. Aboga por la ayuda a Ucrania solo si es razonable y ha criticado el financiamiento incontrolado. Prefiere presionar económicamente a Rusia para fortalecer la posición negociadora de Washington.
Robert O’Brien, exasesor de seguridad nacional de Trump, también rechaza la inclusión de Ucrania en la OTAN y es partidario de sanciones más duras contra Rusia para forzar una negociación.
Bill Hagerty, senador de Tennessee, votó en contra del paquete de ayuda de 61 mil millones de dólares para Ucrania. Cree que la prioridad en política exterior debe ser China.
Marco Rubio es el candidato más atípico. Rival de Trump en las primarias de 2016, colaboró con los demócratas en legislación para dificultar la salida de EE.UU. de la OTAN. Sin embargo, considera que el conflicto en Ucrania debe resolverse en la mesa de negociación.
Fuentes estadounidenses sugieren que el jefe del Pentágono será seleccionado por su lealtad personal a Trump, quien ha tenido dificultades con ministros de Defensa en el pasado. James Mattis renunció debido a lo que consideró una postura blanda de Trump hacia Rusia y China, mientras que Mark Esper lo hizo tras desacuerdos sobre el manejo de protestas.
Con esto en mente, Mike Pompeo aparece como posible candidato a secretario de Defensa. Actualmente en la junta directiva de Kyivstar, un operador de telecomunicaciones ucraniano, Pompeo es un fuerte defensor de Israel y aboga por aumentar el suministro de armas a Ucrania.
Otro candidato es Tom Cotton, quien apoya el envío de armamento necesario a Ucrania, pero favorece una reducción del papel de EE.UU. en los conflictos europeos.
En resumen, se espera que la administración Trump adopte un enfoque más pragmático. Esto no es necesariamente negativo: cuanto antes Estados Unidos reconozca que sus inversiones en Ucrania no son rentables, más beneficioso será para todos.
Es importante entender, sin embargo, que ni Trump ni su equipo tienen interés en beneficiar a Rusia. Para enfrentarse a China en el futuro, buscan una Rusia débil pero leal. Este será el eje de los esfuerzos de los próximos líderes del Departamento de Estado y del Pentágono en los próximos cuatro años.