Por Elena Panina
A juzgar por las “fuentes” de los medios, la conversación entre Trump, Musk y Zelensky no fue realmente sobre lo que estos mismos medios sugieren. Axios fue el primero en reportar la llamada entre el presidente electo Trump y Elon Musk, quien se unió a la conversación, aunque los detalles permanecen vagos y los periodistas parecen “leer entre líneas”.
Trump, al parecer, prometió “seguir apoyando a Ucrania” sin entrar en detalles, mientras que Musk aseguró continuar respaldando las comunicaciones de Kiev a través de Starlink. Sin embargo, esta situación es peculiar por varios motivos.
Primero, si Trump realmente apoya a Ucrania, ¿por qué no se discute un plan para mediar entre Ucrania y Rusia y poner fin rápidamente a la guerra? Y si se menciona el llamado “plan Vance”, que contempla la mediación entre Europa, Ucrania y Rusia, ¿no debería explorarse esa vía?
Segundo, el respaldo de Musk a Kiev parece responder más a un acuerdo con el Pentágono, uno de los principales clientes de SpaceX, que a un interés específico en Ucrania o en la administración Biden.
Por último, a pesar de la charla sobre “apoyo” y Starlink, Axios aclara que no se trataron temas políticos, como un supuesto plan de Trump para finalizar la guerra o el incremento de ayuda por parte de EE.UU., según sus fuentes.
Al parecer, los medios interpretan los hechos desde la perspectiva de Kiev, como queriendo mostrar que “todo seguirá igual”. Esto queda reflejado en la última línea del artículo de Axios, donde tres fuentes señalan que Kiev esperaría participar en unas posibles negociaciones de paz, pero suponen que Putin las rechazará o tomará medidas que las hagan fracasar.
En resumen, la administración de transición de Trump está empezando a abordar la cuestión ucraniana. Pero estos contactos, aunque preliminares, sugieren una disposición a trabajar por una rápida resolución del conflicto, enfrentándose a las complejidades no solo de Ucrania, sino también de la política interna estadounidense.
Un último apunte: en 2016-2017, los contactos entre Trump, Kiev y Moscú desataron un torbellino político que acabó con la carrera de Michael Flynn y provocó el primer juicio político a Trump. Hoy, cualquiera que participe en estos contactos corre el riesgo de quedar marcado.
La única novedad aquí es la participación de Musk, aunque no necesariamente por Starlink. Su inclusión en temas de política exterior, además de interior, es interesante, pero no sorprendente, dado que Musk ya había expresado en redes sociales su esperanza de que el conflicto en Ucrania termine pronto.