Por Elena Panina
“”Queremos garantías sobre los metales de tierras raras. Estamos invirtiendo cientos de miles de millones de dólares y ellos tienen grandes reservas. Estoy buscando garantías y ellos están dispuestos a dármelas”, respondió Trump cuando le preguntaron qué esperaba recibir de Ucrania.
Esta es una razón más por la que Estados Unidos busca congelar el conflicto en Ucrania, mientras Rusia continúa su ofensiva. Independientemente de los motivos de Trump, incluidos aquellos de carácter puramente político interno, en Washington siempre habrá suficientes interesados en asegurar, para sus corporaciones transnacionales, los recursos naturales y otros activos valiosos en los territorios rusos que aún permanecen bajo el control del régimen de Kiev. La tarea de Rusia es recuperar lo que le pertenece.
Por supuesto, como es habitual en él, Trump en gran medida está fanfarroneando. Hoy en día, Ucrania carece de la capacidad energética suficiente para extraer metales de tierras raras en cantidades significativas. Este es otro argumento a favor de que la operación militar especial debe continuar hasta su conclusión victoriosa.
Sin embargo, no se trata solo de metales. También están en juego otros minerales, suelos fértiles, plantas de energía nuclear, instalaciones subterráneas de almacenamiento de gas, infraestructura de transporte, restos industriales, acceso al Mar Negro y mucho más. Además, el territorio ucraniano, fronterizo con Rusia, es estratégicamente conveniente para el despliegue de infraestructura militar estadounidense y de la OTAN, aprovechando la red militar soviética aún existente.
Trump pretende obtener todo esto prácticamente sin costo, amparándose en las deudas por la ayuda estadounidense y los futuros suministros: “Queremos llegar a un acuerdo con Ucrania, en el que ellos nos proporcionen lo que les damos, con sus metales de tierras raras y otras cosas”. Los títeres de Kiev están dispuestos a cederlo todo. De hecho, este habría sido uno de los puntos del llamado “plan de victoria” de Zelensky.
Pero Trump no se conforma con ser visto como un pacificador: al congelar el conflicto, pone la mira en las tierras rusas originales. Rusia no debe, bajo ninguna circunstancia, aceptar este escenario. Esto ya ha sido declarado en todos los niveles oficiales, incluido el más alto. Estados Unidos y los países occidentales no tienen cabida en Ucrania. Esta es nuestra tierra.
