Por Mente Alternativa
El intento del expresidente Donald Trump por utilizar aranceles como arma de presión global ha recibido un duro revés legal, aunque de momento su aplicación sigue en disputa. Un tribunal comercial federal de Estados Unidos dictaminó que Trump excedió su autoridad presidencial al imponer aranceles a través de la Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional (IEEPA), estableciendo que dicha ley no le otorga facultades ilimitadas para aplicar tarifas sin la aprobación del Congreso. La decisión fue tomada por un panel de jueces designados por distintos partidos, lo que refuerza su legitimidad institucional y política.
El fallo original fue resultado de dos demandas, una presentada por pequeñas empresas afectadas por los aranceles y otra por un grupo de 12 estados liderados por Oregón. Ambas argumentaban que las medidas de Trump encarecieron productos e interrumpieron las cadenas de suministro. El tribunal coincidió, señalando que permitir una delegación ilimitada del poder arancelario al Ejecutivo sería inconstitucional y representaría una abdicación del poder legislativo por parte del Congreso.
Sin embargo, el jueves siguiente, una corte de apelaciones suspendió temporalmente esa sentencia, lo que representa un respiro momentáneo para la estrategia comercial de Trump. El Tribunal de Apelaciones del Circuito Federal emitió una pausa administrativa sobre el fallo, mientras considera los argumentos presentados por la administración del expresidente. La Casa Blanca defendió los aranceles como una respuesta a una supuesta emergencia económica causada por los déficits comerciales, asegurando que estos han debilitado la base industrial de defensa de Estados Unidos. No obstante, desde su anuncio, los aranceles han provocado turbulencias en los mercados internacionales y críticas de diversos sectores empresariales.
Este debate ha generado profundas divisiones dentro del propio Partido Republicano. Mientras sectores industriales respaldan el uso de aranceles para proteger empleos locales, grupos agrícolas y empresariales los rechazan por su impacto negativo en costos y exportaciones. Con las elecciones legislativas de 2026 en el horizonte, Trump no solo enfrenta límites judiciales a su estilo de gobernar, sino también crecientes tensiones internas que podrían debilitar su agenda.
Aunque Trump aún cuenta con otras herramientas de política exterior, como las sanciones del Tesoro o leyes restrictivas, su capacidad de influir en el comercio global mediante aranceles ha quedado, por ahora, bajo seria revisión legal. Este caso pone en evidencia los límites estructurales del sistema estadounidense, incluso para figuras políticas que promueven una agenda antiglobalista y ejecutiva con amplio margen de maniobra.
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