Tony Blair califica de ‘imbécil’ la retirada de EEUU de Afganistán, pues amenaza el “imperialismo” británico. ¿O acaso no fue verdaderamente “imbécil” la invasión de Bush y Blair a Afganistán en 2001 usando la operación del 9-11 como justificación?
Por Executive Intelligence Review
La explosión desquiciada registrada en el Sunday Times de Londres por el ex primer ministro británico Tony Blair contra el presidente de Estados Unidos Joe Biden, sobre la retirada de las fuerzas estadounidenses tras 20 años de guerra en Afganistán, ha subrayado la oportunidad que representa Afganistán, para sustituir la venenosa geopolítica británica por el desarrollo económico y la paz. La presidenta del Instituto Schiller, Helga Zepp-LaRouche, subraya que se lo debemos a la humanidad, que necesita la cooperación al desarrollo de las grandes potencias, que podría ponerse en marcha en Afganistán y sus alrededores. Ese país está en relación económica con su región y con el sur de Asia, como el sur profundo de Estados Unidos lo estaba con el conjunto del país antes de que la Tennessee Valley Authority de Franklin Roosevelt lo transformara.
Pero el arrebato de Blair nos recuerda que también se lo debemos a la historia de lucha de Estados Unidos contra el Imperio Británico y sus siglos de explotación de las naciones como sus colonias y “socios” de la Commonwealth.
Tony Blair comenzó la era de las interminables guerras de “cambio de régimen” de Estados Unidos con su discurso de 1999 ante el Consejo de Asuntos Mundiales de Chicago. Declaró muerto el principio del Tratado de Westfalia y exigió una nueva era de guerra de la OTAN contra las naciones en desarrollo por el “derecho a proteger” (como la “protección” que la mafia ofrecía antes en las calles de Chicago y de muchas otras ciudades). El servicio de inteligencia exterior de Blair, el MI6, elaboró los dudosos expedientes de “inteligencia” falsa que lanzaron la guerra de Irak de George W. Bush, al igual que la primera ministra británica Margaret Thatcher había “endurecido el espinazo” del padre de Bush para su Tormenta del Desierto. Londres necesita el músculo estadounidense de la OTAN para dirigir el mundo financieramente desde Londres, con sus frecuentes choques económicos y todo. La geopolítica, la doctrina de que los intereses de un país o de las alianzas se persiguen siempre jodiendo a otros, es la doctrina británica.
Y así, Blair bramó al Times sobre el “imbécil eslogan político de Estados Unidos sobre el fin de ‘las guerras eternas'”, que temía que relegara a la “Gran Bretaña global” a “la segunda división”. Su chillido sin ton ni son fue acompañado por un coro de otros notables británicos, nombrados y no nombrados por el periódico.
Acabamos de pasar el 50º aniversario del 15 de agosto de 1971, cuando el gobierno del Reino Unido, el Banco de Inglaterra y los bancos de la City de Londres forzaron una decisión fatal de Richard Nixon que determinó toda la historia económica y humana para peor desde entonces. Fue el fin del vínculo del dólar con su base de reserva de oro. Fue la sustitución del sistema monetario de Bretton Woods de Franklin Roosevelt por un sistema de tipo de cambio flotante que desencadenó medio siglo de especulación pura cada vez más desenfrenada, de colapsos financieros cada vez más frecuentes de burbujas de deuda fomentadas por los bancos centrales. Los trabajadores de todo el mundo ganan un 12% menos de la producción económica como resultado; pero Londres ha resurgido como el centro financiero del mundo. El fin de Bretton Woods produjo el “Segundo Imperio Británico”, como se demuestra en el documental de ese nombre.
El segundo Imperio Británico: La verdad del dinero y la Ciudad Corporativa de Londres
En ese 50 aniversario, la LaRouche Legacy Foundation celebró las contribuciones del difunto estadista Lyndon LaRouche con una conferencia internacional. Fue el único economista en el mundo que predijo, en la década de 1960, la ruptura de Bretton Woods, provocada por los británicos, y se opuso a ella cuando se produjo, pronosticando el colapso de la depresión económica y las pandemias como resultado.
Pero también tenemos la intención de revertirla, propiciando el lanzamiento de un nuevo sistema de crédito de Bretton Woods orientado a la exportación de bienes de capital desde las grandes potencias tecnológicas a las naciones subdesarrolladas, para los grandes proyectos de desarrollo económico que son la condición previa para la paz. El embajador de Afganistán en China, Javid Ahmad Qaem, declaró al Global Times el 16 de julio: “El único lugar donde podrían cooperar realmente, y al menos podría haber un punto de partida para cooperar entre estos rivales, si puedo llamarlos así, es Afganistán”, refiriéndose a China, Estados Unidos e India, pero podría haber incluido a Rusia. Si se aprovecha esta oportunidad para el desarrollo y la paz, ese nuevo sistema de crédito de Bretton Woods está a la vista.
Del Mediterráneo al Atlántico: El nuevo imperio anglo-veneciano de la nobleza negra
Fuentes:
Executive Intelligence Review: Tony Blares It Out: What Afghan Withdrawal Threatens, Is ‘Imperial’ Britain; EIR LEAD EDITORIAL FOR MONDAY, AUGUST 23, 2021.
RT: Tony Blair calls US Afghanistan withdrawal ‘imbecilic’ – What, then, was the Bush-Blair invasion of 2001?
