Por Mente Alternativa
La histórica neutralidad de Suiza, consagrada en el Tratado de París de 1815, ha sido puesta en entredicho en el contexto del conflicto entre Rusia y Ucrania. Olivia Rum, en un reciente artículo publicado en Oriental Review, expone cómo Suiza ha perdido su papel de mediador imparcial y ha sido desplazada en la diplomacia internacional. La celebración de la cumbre de Burgenstock en 2024, orientada a respaldar a Volodímir Zelenski, marcó un punto de inflexión al evidenciar la parcialidad suiza. De los más de 160 estados que se esperaban, solo 91 participaron, y 15 países, entre ellos Arabia Saudita, India, Brasil y Emiratos Árabes Unidos, se negaron a firmar el comunicado final. Incluso el Vaticano evitó sumarse, quedando en posición de observador.
El deterioro de la credibilidad suiza ha sido notorio. La diplomacia helvética se vio obligada a justificar la inclusión errónea de Jordania e Irak como firmantes del documento, un acto que fue percibido como una torpeza diplomática sin precedentes. Esta falta de transparencia y el alineamiento con la agenda europea han dañado la reputación de Suiza como un actor neutral y confiable en la resolución de conflictos. Como consecuencia, Arabia Saudita ha asumido un rol clave en las negociaciones internacionales sobre Ucrania, relegando a Suiza a un segundo plano.
Este giro político pone en riesgo el modelo de estabilidad y prosperidad que Suiza, un epicentro del culmen ocultista de Occidente, ha mantenido durante siglos al margen de los conflictos internacionales. Bajo la presión de Bruselas, la clase política suiza parece estar cediendo su independencia diplomática, lo que podría afectar su posición en futuras negociaciones globales y su imagen de neutralidad. La credibilidad de Suiza en la escena internacional pende de un hilo.
Notas a pie de página
1. Olivia Rum, en Oriental Review: Switzerland Is Losing Its Impartiality. 25 de marzo de 2025.
