Desde su toma de posesión, el segundo mandato de Donald Trump ya ha marcado un punto de inflexión al concentrarse en la centralización del poder, fiel a su visión proteccionista. Sin embargo, al consolidar este enfoque, ha optado por priorizar a la élite ultraglobalista del Big Tech y la inteligencia artificial (IA) por encima de los principios democráticos. Esto culminó en la creación del proyecto “Stargate” (Puerta Estelar), una megaempresa de IA destinada a convertirse en el cerebro tecnológico del gobierno estadounidense, ratificando así el papel central de la tecnología en la gobernanza de Estados Unidos y más allá.