Deconstruyendo WikiLeaks
Daniel Estulin, periodista galardonado y autor bestseller, dice que la mayoría de la gente cree que WikiLeaks es un medio de comunicación popular transparente y modelo de virtud. Pero esto no es así. En su libro Deconstruyendo WikiLeaks, Estulin rastrea las fuentes de financiamiento de WikiLeaks, que al contrario de lo que comúnmente se acepta, están vinculadas con los medios de comunicación convencionales, corporaciones y organizaciones de sectores diversos que nos llevan a las puertas de la CIA y la Agencia de Seguridad Nacional de los Estados Unidos (NSA):
“Los Rockefeller son accionistas importantes de diversas corporaciones de la comunicación en los Estados Unidos, mismas que tienes nexos con la élite de inteligencia y seguridad nacional e internacional de los Estados Unidos que hoy en día trabaja con WikiLeaks, el medio de comunicación supuestamente anti-establishment, en la redacción, distribución y difusión de documentos secretos.” (Deconstruyendo WikiLeaks, 2012)
La periodista Julie Lévesque ha escrito en una nota editorial del Global Research Centre de 2010 que:
“La gente en torno a WikiLeaks tiene nexos o están afiliados a varias organizaciones del establishment, así como a grandes grupos corporativos y fundaciones de caridad. Incluso la súbita solicitud de financiamento a organizaciones diversas desencadenó sospechas entre los propios colaboradores de WikiLeaks.”
John Young, co-fundador de Cryptome, un sitio web de delatores (whistleblowers) creado en 1996 para publicar documentos secretos prohibidos por gobiernos de todo el planeta, se afilió más tarde a WikiLeaks donde supo de sus nexos con organizaciones como la National Endowment for Democracy y The Freedom House. Su escepticismo creció al enterarse de la súbita meta de recaudación de fondos por un monto de cinco millones de dólares anunciada por WikiLeaks:
“La meta de recaudación de $5 millones de dólares de aquí al mes de julio es un suicidio. Hace ver a WikiLeaks como una estafa al estilo Wall Street. Esa cantidad no puede ser requerida en tan corto tiempo a menos que existan propósitos turbios. Diría lo mismo en relación a los 1.1 millones de documentos que están listos para filtrarse. Demasiados para ser creíbles sin evidencia. No me creo esa cifra. Sobre todo tratándose de documentación de procedencia incierta.”
John Young dejó WikiLeaks en enero de 2007. Sus últimas palabras fueron:
“Wikileaks es un fraude… trabajan para el enemigo”.
¿Revolución o meta-conspiración?
El Dr. Steve R. Pieczenik se ha referido a la revelación de la conspiración Clinton y su impacto en las elecciones de 2016 como la “Segunda Revolución de los Estados Unidos de Norteamérica.” La bomba de correos electrónicos filtrados y publicados por WikiLeaks revelaron al menos dos teorías de la conspiración…
