Ruta marítima Chennai-Vladivostok. No hay forma de seguir el complejo funcionamiento interno del proceso de integración de Eurasia sin considerar lo que ocurrió en el Foro Económico Oriental celebrado del 4 al 6 de septiembre en Vladivostok, Rusia. Si bien por el momento el BRICS parece estar muerto —considerando el desagradable cóctel de brutalismo económico y la intolerancia social entregados por el incendiario “Capitán” Bolsonaro en Brasil—, la alianza del RIC (Rusia-India-China) está viva, sana y próspera. Eso fue más que evidente después de la cumbre bilateral Putin-Modi en Vladivostok. ¿Cuáles son los retos y objetivos del “pivote de Rusia hacia Asia”, cuyo tablón esencial es la integración del Lejano Oriente ruso?
Hubo un gran menú desplegado sobre la mesa, desde la aviación hasta la energía. Incluía la “posibilidad de establecer empresas conjuntas en la India que diseñarían y construirían aviones de pasajeros”, tecnologías de defensa y cooperación militar como base para “una asociación estratégica especialmente privilegiada” y un acuerdo a largo plazo para importar crudo ruso, posiblemente utilizando la Ruta del Mar del Norte y un sistema de tuberías.
Todo lo que parece explicar un renacimiento delicioso del famoso lema de la era soviética Rusi-Hindi bhai bhai (rusos e indios son hermanos).
Y todo eso se complementaría con lo que podría describirse como un nuevo impulso para una Ruta Marítima Rusia-India: la reactivación del corredor marítimo Chennai-Vladivostok.
Del Ártico al Océano Índico
Chennai-Vladivostok podría enclavarse fácilmente con la Ruta Marítima de la Seda impulsada por China desde el Mar del Sur de China hasta el Océano Índico y más allá, como parte de la Iniciativa del Cinturón y la Nueva Ruta de la Seda (BRI). Simultáneamente, puede agregar otra capa al “pivote hacia Asia” de Rusia.
El “pivote hacia Asia” que incluye la ruta marítima se discutió inevitablemente en detalle en Vladivostok. ¿Cómo se interpreta en toda Asia? ¿Qué quieren comprar los asiáticos de Rusia? ¿Cómo podemos integrar el Lejano Oriente ruso en la economía pan-asiática?
Como corredores de energía o comercio, el hecho es que tanto Chennai-Vladivostok como el BRI explican la integración de Eurasia. India en este caso particular se beneficiará de los recursos rusos que viajan desde el Ártico y el Lejano Oriente ruso, mientras que Rusia se beneficiará de más compañías de energía indias que inviertan en el Lejano Oriente ruso y queden consolidadas a través de la Ruta Marítima Chennai-Vladivostok.
Los detalles en letra pequeña de la “asociación estratégica integral” Rusia-China, así como el impulso de Rusia por la Gran Eurasia también se discutieron en detalle en Vladivostok. Un factor crucial es que, al igual que China, Rusia e India, se han asegurado de que su relación comercial y económica con Irán, un nodo clave del complejo y en curso proyecto de integración euroasiática, permanezca.
Como subrayaron Rusia e India:
“Las partes reconocen la importancia de la implementación plena y eficiente del Plan de Acción Integral Conjunto sobre el programa nuclear iraní para garantizar la paz, la seguridad y la estabilidad regionales e internacionales. Confirman el pleno compromiso con la Resolución 2231 del Consejo de Seguridad de la ONU.”
Sobre todo, Rusia e India reafirmaron un compromiso esencial desde que BRICS se creó hace más de una década. Continuarán “promoviendo un sistema de transacciones mutuas en monedas nacionales”, sin pasar por el dólar estadounidense.
Uno puede imaginar fácilmente cómo se reducirá esto entre los sectores de Washington empeñados en atraer a India a la estrategia del Indo-Pacífico de la administración Trump, que es un mecanismo de contención de facto de China.
Atrayendo a la capital china
En términos de la integración euroasiática, lo que está sucediendo en el Lejano Oriente ruso se entrelaza totalmente con un informe especial sobre la gran estrategia de China en el corazón de Eurasia presentado en Moscú a principios de septiembre.
En cuanto al propio “pivote de Rusia hacia Asia”, cuyo tablón esencial es la integración del Lejano Oriente ruso, inevitablemente seguirá siendo un tema complejo. Un informe aleccionador del club Valdai detalla meticulosamente las trampas. Aquí están los aspectos más destacados:
– Un fenómeno de despoblación: “Muchos jóvenes bien educados y ambiciosos van a Moscú, San Petersburgo o Shanghái con la esperanza de encontrar oportunidades para el avance profesional y la realización personal, que todavía no ven en sus hogares. La abrumadora mayoría de ellos no regresa.”
– ¿Quién se beneficia? “Los megaproyectos federales, como el oleoducto Siberia Oriental-Océano Pacífico, el gasoducto Power of Siberia o el Vostochny Cosmodrome producen un aumento en el producto regional bruto, pero tienen poco efecto en el nivel de vida de la mayoría de los orientales lejanos.”
– ¿Qué más hay de nuevo? “Los proyectos de petróleo y gas en Sakhalin representan la mayor parte de la IED. Y tampoco se trata de nuevas inversiones: se realizaron a fines de los años 90 y 2000, antes del proclamado “giro hacia el Este.”
– El papel del capital chino: todavía no hay prisa hacia el Lejano Oriente, “en parte porque a las compañías chinas les gustaría explotar los recursos naturales allí en términos igualmente liberales que en los países del Tercer Mundo, como Angola o Laos, donde traen su propia fuerza laboral y no se preocupen demasiado por las regulaciones ambientales.”
– La trampa de la materia prima: los recursos en el Lejano Oriente ruso “de ninguna manera son únicos, probablemente con la excepción de los diamantes Yakutian. Pueden importarse de muchos otros países: carbón de Australia, mineral de hierro de Brasil, cobre de Chile y madera de Nueva Zelanda, sobre todo porque los costos de envío marítimo son relativamente bajos en la actualidad.”
– Sanciones: “Muchos inversores potenciales están asustados por las sanciones de Estados Unidos a Rusia.”
La conclusión es que para todas las promesas de la “asociación estratégica integral”, el Lejano Oriente ruso aún no ha construido un modelo efectivo de cooperación con China.
Eso ciertamente cambiará en el mediano plazo, ya que Pekín está obligado a cargar su estrategia de “escapar de Malaca”, para “aumentar las exportaciones de recursos de los países de Eurasia a lo largo de su frontera, incluido el Lejano Oriente ruso”. Los dos puentes recientemente construidos sobre el río Amur obviamente podrían ser de ayuda a este respecto.
Lo que esto significa es que Vladivostok podría terminar siendo un importante centro para Rusia e India después de todo.
Putin: ‘El liderazgo de Occidente está llegando a su fin’
El presidente de Rusia, Vladímir Putin, intervino en la sesión plenaria del quinto Foro Económico Oriental en la ciudad rusa de Vladivostok. El líder ruso destacó que el liderazgo de Occidente está llegando a su fin.
“Creo que para todos está claro ahora, y el presidente de Francia, Emmanuel (Macron), afirmó recientemente, que el liderazgo de Occidente toca a su fin. No puedo imaginar que una organización internacional sea eficaz sin la participación de la India y China”, dijo Putin.
El líder ruso destacó, también del aumento del número de participantes en el Foro Económico Oriental.
“Este año recibimos a más de 8.500 participantes de 65 países, lo que significa que, en comparación con el primer foro, la cantidad de los participantes se duplicó. El aumento de número de los participantes muestra el interés creciente por el Lejano Oriente ruso y oportunidades que esta zona podría ofrecer”.
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Fuentes:
Global Research — Welcome to the Indo-Russia Maritime Silk Road.
Sputnik — Putin: El liderazgo de Occidente está llegando a su fin.
