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Raphael Machado: El Coraje Como Virtud Fundamental En La Transición A La Multipolaridad

Transcripción del discurso de Raphael Machado, Líder de la Organización Popular y Patriótica Nueva Resistencia – NR, en la Conferencia Global Multipolar del 29 de abril de 2023.

 

Por Raphael Machado

Si ponemos los pies en la tradición helénica, que tiene relevancia para la civilización europea, pero también para otras civilizaciones cercanas o afines (como la iberoamericana), veremos el protagonismo que filósofos como Aristóteles dieron a la virtud del valor (ἀνδρεία). Considerada la virtud más elevada de los espartanos ─ como podemos deducir de los Dichos de los espartanos de Plutarco ─ según Aristóteles, la virtud del valor implicaba la voluntad de afrontar un riesgo existencial real pero no desesperado en aras de un fin digno. Aristóteles niega, por tanto, que se trate de la virtud del valor cuando el peligro no es existencial, cuando no hay posibilidad de triunfo o cuando no existe un fin digno. El valor, por tanto, como todas las virtudes aristotélicas, implica un objeto, un modo y un momento adecuados, en una especie de medida exacta entre los extremos del miedo y la confianza.

También podríamos evocar aquí el concepto de yong (勇), la virtud del valor tal y como la presentan en la civilización china los escritos de Confucio. Aquí, el coraje aparece como una de las Tres Virtudes del hombre noble, estando implicada en él, también para Confucio, una cuestión de medida. Debe estar enmarcado por un sentido de lo apropiado o del rito, es decir, hay una forma correcta de ser valiente, y también debe ir precedido del conocimiento. Es, en definitiva, la voluntad de arriesgarse para evitar el mal obedeciendo a normas éticas.

Bien, sería posible cuestionar la razón de este breve discurso sobre la virtud en una conferencia sobre la multipolaridad. Pero es posible justificar ese camino apelando a una noción bastante tradicional: según los Antiguos, existe una homología entre el hombre y la ciudad (es decir, el Estado, en términos modernos), de modo que es posible trasplantar las virtudes humanas a la dimensión política, a la dimensión comunitaria e institucional de la cosa pública.

Así pues, debemos reflexionar sobre la transición multipolar y la actitud de los países ante esta transición a la luz del valor tradicional como virtud pública. Es algo percibido por todos que nos encontramos en una encrucijada histórica, ante circunstancias epocales que pueden cambiar el curso del devenir histórico de los pueblos. Debemos considerar el momento actual tan asombroso como el periodo de la Caída de Constantinopla. Estas posibilidades fueron inauguradas por la deflagración de la operación militar especial rusa en su frontera suroccidental. La decisión rusa de lanzar esta operación, en el kairós adecuado, abrió un sinfín de posibilidades para los demás pueblos del mundo. Ellos también se encuentran en el kairós de tomar algún tipo de decisión.

Ahora bien, esta miríada de posibilidades inaugurada por la decisión rusa puede condensarse en la superación del momento unipolar atlántico por el establecimiento de un orden mundial multipolar. Estaríamos ahora en la transición, en el intervalo, en el umbral entre estas dos direcciones, y si el desenlace final depende del resultado de la operación militar rusa, la concreción, la estabilización y la configuración del orden multipolar dependen de la decisión que tome cada pueblo en este kairos que es único y que, por tanto, exige una decisión. Las consecuencias de no tomar una decisión, o de tomar una decisión equivocada y que las puertas de este kairos se cierren, pueden ser drásticas.

Es en este contexto en el que podemos presentar la valentía como una virtud pública y, más aún, como la virtud pública fundamental en este kairós internacional.

Aquí con nosotros en nuestra Conferencia tenemos representantes de más de 64 países. En la audiencia tenemos representantes de aún más países, quizás de todos los países del mundo. Así que no será ajeno decir que en este momento de transición multipolar, hay varios países, entre los pequeños y los grandes, que se muestran recalcitrantes ante la posibilidad de cambios drásticos en el orden internacional. Más allá del miedo burgués a lo desconocido, estos países temen

(a) sanciones;

b) intervenciones militares

c) revoluciones de colores,

o una combinación de estas herramientas, en caso de que sus Estados tomen medidas destinadas a romper con el statu quo.

Desde criterios aristotélicos, todos estos temores encajan en el tipo de objeto apto para ser abordado por la virtud del coraje. Son riesgos existenciales, que pueden llevar a la destrucción de un país; el fin es noble, ya que la multipolaridad es la condición internacional que permite la autorrealización soberana de cada pueblo en su civilización; y, lo más importante, el peligro es superable.

Porque muchas naciones, recordando situaciones del pasado en las que fueron atacadas con sanciones, intervenciones y revoluciones de colores, poseen un miedo exagerado precisamente en el momento de debilidad del hegemón y de las estructuras hegemónicas, y por esta razón, dudan en posicionarse activamente en la transición a la multipolaridad, insistiendo en intentar posponer esta transición. Esto no quiere decir que todos los países del mundo deban asumir la misma posición que Rusia y otros países que desafían abierta y activamente la vieja estructura unipolar. Es característico del coraje dirigirse hacia el objeto adecuado, de la manera adecuada y en el momento adecuado, siendo el momento el mismo para todos, la manera varía según las condiciones objetivas (de poder, geografía, etc.) de cada país. Sin embargo, aunque la manera difiera, incluso el país más pequeño del mundo, si tiene el valor, puede arriesgarse, demostrando su valía, y contribuir a acelerar y consolidar la transición multipolar.

Para algunos, esto significará simplemente negarse a apoyar las sanciones contra los objetivos occidentales de anulación, o votar, en la ONU, según los principios multipolaristas. Tal vez incluso algo tan sencillo como promover el diálogo a nivel oficial o cultural con los países “cancelados” por los globalistas. Pero lo fundamental es comprender el momento, el kairos, y actuar en consecuencia, para que cada uno de nuestros pueblos y civilizaciones participe en la construcción de la multipolaridad.

Amigos de todos los pueblos del mundo, seamos audaces.

 

Lucas Leiroz: Nuestros filósofos son los enemigos número uno de los globalistas

 

Fuente:

Raphael Machado: El Coraje Como Virtud Fundamental En La Transición A La Multipolaridad.

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