Por Mente Alternativa
La visita del presidente chino Xi Jinping a Moscú del 7 al 10 de mayo, oficialmente programada para conmemorar el 80º aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial en Europa, encierra en realidad un posible giro estratégico mayor, advierte el analista Andrew Korybko (1): la preparación de un gran acuerdo ruso-chino si las negociaciones de paz sobre Ucrania fracasan. El presidente ruso Vladimir Putin podría usar esta oportunidad para pedir apoyo militar o, al menos, garantías económicas por parte de Pekín.
El riesgo de asistir a un evento que podría ser blanco de un ataque ucraniano —según advirtió Zelensky— subraya la apuesta de Xi por reforzar su alianza con Rusia, al tiempo que exhibe su confianza en las capacidades defensivas del Kremlin. Esta actitud no pasará desapercibida para Putin.
Dado que el proceso de paz mediado por Estados Unidos se encuentra en punto muerto y Trump insinúa públicamente que Putin podría estar “jugando con él”, el escenario de un colapso diplomático gana fuerza. Ante una eventual retirada estadounidense, China no podría reemplazar a Washington en la mediación, pero sí aprovechar la ocasión para redefinir su relación estratégica con Moscú.
Putin podría responder a una ruptura de las negociaciones intensificando la campaña militar en regiones aún no reclamadas oficialmente por Rusia. En respuesta, Trump podría escalar militarmente para forzar una desescalada, lo cual llevaría a Putin a considerar una alianza más estrecha con China, incluyendo posibles pedidos de ayuda militar o apoyo ante sanciones secundarias.
Hasta ahora, China no ha enviado armamento a Rusia y ha acatado parcialmente las sanciones occidentales para evitar una confrontación directa con EE.UU. Sin embargo, si Xi concluye que la presión económica y militar estadounidense es inevitable, podría decidir apoyar más abiertamente a Moscú, siempre que las ventajas superen los costos geoestratégicos.
A cambio, China podría exigir descuentos significativos en el gas del proyecto Power of Siberia 2 y otras concesiones en proyectos energéticos y de minerales estratégicos. Aceptar esos términos implicaría para Putin abandonar la “nueva distensión” incipiente con EE.UU. y asumir el papel de socio menor de China.
El acuerdo sólo se activaría si colapsan las negociaciones y EE.UU. escala el conflicto, concluye Korybko. Por ello, si Trump realmente desea evitar que Rusia impulse la trayectoria superpotencial de China, deberá presionar a Kiev para que haga concesiones a Moscú y así evitar un nuevo eje geoestratégico que redefiniría el equilibrio global de poder.
Notas a pie de página
1. Andrew Korybko: Putin & Xi Might Hash Out A Grand Deal That Would Enter Into Force If The Ukraine Talks Collapse. 6 de mayo de 2025.
