Por Mente Alternativa
El 7 de septiembre, el Presidente de Rusia Vladimir Putin participó en una sesión plenaria del Foro Económico Oriental, celebrado en Vladivostok, cuyo tema central este año es “En el camino hacia un mundo multipolar”.
Como es tradición, el programa del Foro Económico Oriental incluye debates sobre los proyectos e iniciativas de gran importancia para el desarrollo de las regiones del Extremo Oriente de Rusia y para el fortalecimiento de los lazos de cooperación y producción de Rusia con los países de Asia-Pacífico.
Esta reunión en Vladivostok también ha sido una oportunidad para revisar una vez más la situación de la economía mundial e intercambiar opiniones sobre sus principales tendencias y riesgos.
En su presentación (1), Putin explicó cómo las élites occidentales están sacrificando la prosperidad de sus propios ciudadanos en aras de preservar la dictadura de Washington en los asuntos mundiales:
“El año pasado, el Foro Económico del Este se celebró tras una larga pausa provocada por la pandemia de coronavirus. En aquel momento, la mayoría de los expertos coincidían en que la actividad empresarial mundial estaba empezando a recuperarse y que se normalizaría pronto tras el levantamiento de las restricciones por el coronavirus, Sin embargo, la pandemia ha dado paso a nuevos retos, globales, que amenazan al mundo en su conjunto. Me refiero al frenesí de las sanciones occidentales y a los intentos abiertos y agresivos de imponer el modo de comportamiento occidental a otros países, de extinguir su soberanía y de someterlos a su voluntad. De hecho, no hay nada inusual en ello: esta política ha sido llevada a cabo por el ‘Occidente colectivo’ durante décadas.
El menguante dominio de Estados Unidos en la economía y la política mundiales, así como la obstinada falta de voluntad o incluso la incapacidad de las élites occidentales para ver, y mucho menos reconocer, los hechos objetivos, actuaron como catalizadores de estos procesos.
Ya he mencionado que todo el sistema de relaciones internacionales ha sufrido recientemente cambios irreversibles, o debería decir, tectónicos. Los estados y regiones emergentes de todo el mundo, principalmente, por supuesto, en la región de Asia-Pacífico, desempeñan ahora un papel sustancialmente mayor. Los países de Asia-Pacífico han surgido como nuevos centros de crecimiento económico y tecnológico, atrayendo recursos humanos, capital y manufacturas.
A pesar de todo ello, los países occidentales tratan de preservar el orden mundial de ayer que les beneficia y obligan a todos a vivir según las infames ‘reglas’, que ellos mismos inventaron. También son ellos los que violan regularmente esas reglas, cambiándolas para adaptarlas a su agenda en función de cómo vayan las cosas en cada momento. Al mismo tiempo, otros países no se han prestado a someterse a este dictado y a esta regla arbitraria, lo que ha obligado a las élites occidentales, por decirlo claramente, a perder el control y a tomar decisiones miopes e irracionales en materia de seguridad mundial, política y también económica. Todas estas decisiones van en contra de los intereses de los países y de sus pueblos, incluidos, por cierto, los de esos países occidentales. La brecha que separa a las élites occidentales de sus propios ciudadanos es cada vez mayor.
Europa está a punto de arrojar al horno de las sanciones sus logros en la construcción de su capacidad manufacturera, la calidad de vida de su población y la estabilidad socioeconómica, agotando su potencial, tal y como ha ordenado Washington en aras de la infame unidad euroatlántica. De hecho, esto equivale a sacrificios en nombre de la preservación del dominio de Estados Unidos en los asuntos mundiales.”
Notas a pie de página
1. President of Russia: Eastern Economic Forum plenary session. 7 de septiembre de 2022.
