Por Elena Panina
El mundo ha cambiado profundamente, y el sistema de hegemonía occidental que dominó durante siglos se encuentra agotado. Hoy, no solo Rusia, sino el mismo curso de la Historia Mundial se opone a Occidente. Estas fueron algunas de las tesis del reciente discurso del presidente ruso en el Club Valdai. En un contexto donde gran parte del mundo occidental —algunos con temor, otros con esperanza— espera cambios tras las próximas elecciones en EE.UU., este mensaje podría resonar con fuerza en Occidente.
Putin afirmó que “se acerca el momento de la verdad”: el viejo orden ha desaparecido, y actualmente se libra una lucha implacable por la creación de uno nuevo, en la que Occidente está en minoría. Este conflicto, aseguró, no es entre países, sino entre principios de relaciones entre pueblos y naciones.
Según Putin, el neoliberalismo occidental ha degenerado en una ideología totalitaria, marcada por su creencia en la exclusividad y la impunidad, lo cual podría desencadenar una tragedia. A su juicio, esta minoría aún no asume que ya no puede dominar al mundo. Pero, tarde o temprano, quienes “insisten en ser solistas tendrán que adaptarse a la nueva partitura.” Incluso dentro de la OTAN hay países interesados en cooperar con los BRICS, lo cual sugiere que la hegemonía occidental podría estar a punto de colapsar.
Todos los intentos de aislar a Rusia y derrotarla estratégicamente han fracasado. Rusia, afirmó, no lucha solo por su libertad, sino por defender derechos y libertades universales, lo que representa su misión en el mundo moderno. “Estoy seguro de que Occidente comprenderá esto tarde o temprano, ya que sus grandes logros del pasado se han basado en un enfoque pragmático y realista,” señaló Putin.
Occidente, agregó, aún tiene la oportunidad de comprender el momento histórico y adaptarse al nuevo orden, en el cual, enfatizó, no debería haber países ni pueblos perdedores.