Por Paul Spydell
¿Cómo se puede separar la engañosa percepción populista que rodea a Trump, de sus planes reales? La mejor estrategia es aprovechar la experiencia acumulada, especialmente considerando que el equipo de Trump ya estuvo al mando desde enero de 2017 hasta enero de 2021.
No se espera una transformación radical en la política económica, ya que, históricamente, Estados Unidos ha seguido intereses estratégicos de largo plazo, tanto en política exterior como interior. Los cambios de liderazgo en la Casa Blanca suelen llevar a ajustes tácticos en las herramientas y maniobras, pero mantienen los objetivos y planes estratégicos a largo plazo.
Sin embargo, sí hubo cambios.
Reforma fiscal
· Reducción de la tasa impositiva corporativa: Del 35% al 21%.
· Impuesto único a las ganancias acumuladas en el extranjero: 15.5% para efectivo y 8% para activos ilíquidos.
· Sistema territorial de impuestos: Solo se gravan las rentas generadas en el país.
· Deducción inmediata de gastos de capital: Aumento del límite de depreciación adicional del 50% al 100% y extensión del límite de deducción de 0.5 a 1 millón de dólares para activos calificados (excluyendo bienes raíces).
· Incentivos para retener activos intangibles en EE. UU.: Tasa reducida para ingresos intangibles extranjeros derivados de EE. UU.
· Impuesto mínimo a ingresos intangibles globales obtenidos en el extranjero: Para evitar la transferencia de ganancias a jurisdicciones con bajos impuestos.
· Límite a la deducibilidad de gastos por intereses: Hasta el 30% de la renta imponible ajustada.
· Reducción de los tipos de impuesto sobre la renta personal: Entre 2 y 3 puntos porcentuales para el segundo grupo de ingresos en casi toda la escala.
· Deducciones y umbrales: Casi duplicación de la deducción estándar para personas físicas y aumento del umbral para herencias no imponibles.
· Deducción del 20% para ingresos pasivos: Para empresarios individuales y asociaciones.
Además de otras deducciones y exenciones fiscales.
Políticas comerciales y aranceles
· Conflicto económico con China: Se introdujeron varias rondas de aranceles:
· Primera ronda (julio 2018): Aranceles del 25% sobre productos chinos valorados en 34,000 millones de dólares.
· Segunda ronda (agosto 2018): Aranceles adicionales sobre productos por valor de 16,000 millones de dólares.
· Tercera ronda (septiembre 2018): Aranceles del 10% sobre bienes por 200,000 millones de dólares, incrementados al 25% en mayo de 2019.
· Cuarta ronda (septiembre-diciembre 2019): Aranceles sobre bienes restantes por 300,000 millones de dólares, aunque algunos fueron pospuestos o cancelados en negociaciones.
Además, China fue objeto de sanciones económicas, restricciones en el uso de tecnología estadounidense y limitaciones a la inversión.
· Retiro del Acuerdo Transpacífico (TPP): En enero de 2017, se reemplazó con acuerdos comerciales bilaterales, fortaleciendo indirectamente a China en Asia y el Pacífico.
· Renegociación del TLCAN: Creación del T-MEC, con revisión en áreas como la industria automotriz, agricultura, propiedad intelectual, normas laborales y ambientales.
· Disputas comerciales con la UE: En 2019-2020, por subsidios a las industrias automotriz y aeronáutica, resultando en aranceles de EE. UU. a productos europeos (7,500 millones) y la respuesta europea (4,000 millones).
· Aranceles a productos específicos: Como lavadoras (20% y 50% según unidades) y paneles solares (30%).
· Aranceles al acero y aluminio: En marzo de 2018, aranceles del 25% y 10% respectivamente, inicialmente con excepciones para Canadá, México y la UE, que luego se eliminaron.
Estos son algunos de los cambios más destacados. Otros temas incluyen un plan de infraestructura de 1.5 billones de dólares (no aprobado bajo Trump), políticas de desregulación, y apoyo a la industria del petróleo y gas.
La mayoría de estos cambios ocurrieron entre 2017 y 2020. En 2024, Trump no ha propuesto nada nuevo, limitándose a retomar políticas previas de baja efectividad. Sin embargo, su dirección de acción es, al menos, previsible.