Peter Gariaev, el extraordinario genetista ruso y creador de la Genética Cuántica de Ondas —quien estaba nominado al Premio Nobel en Medicina este año— falleció el 17 de noviembre de 2020 de un aneurisma cerebral. A algunos de sus colegas académicos y a los que le conocían les preocupa que su fallecimiento en estas fechas es inusual, pues estaba en excelentes condiciones a pesar de tener 79 años.
Pocos meses antes del trágico fallecimiento, el Dr. Garaiev realizó y filmó en su laboratorio una síntesis de lo que es y cómo se logró crear el extraño patógeno llamado Covid-19. El catedrático Carlos Enrique Delfino, fundador de Vida Coherente, S.C., y estudioso y divulgador de los trabajos del Dr. Gariaev en el mundo de habla hispana, publica una una versión —editada y con arreglos— del texto que podría haberle costado la vida al Dr. Peter Gariaev.
Por Peter Gariaev (edición por Carlos Delfino)
“Obtuvimos resultados experimentales únicos que, probablemente, sean la verdadera causa médica de esta pandemia. Vimos y grabamos, que estas partículas pueden desmaterializarse y ser componentes de campos electromagnéticos. Pueden aparecer como materia, como lo demuestra la física cuántica para partículas elementales.
Sin embargo: ¿De dónde viene la pandemia? Sus genes, como una colección de partículas elementales, también pueden adquirir el estado de un campo electromagnético. Como resultado, los genes desaparecen temporalmente como materia.
Esto significa, que, bajo ciertas condiciones, estas partículas nos han infectado y luego desaparecieron formando parte de campos electromagnéticos. Cuando realicemos un estudio experimental de este caso, pondremos a prueba la hipótesis del comportamiento inusual y peligroso de este patógeno que ya infectó a cientos de miles de personas, muchos de los cuales murieron.
¿Qué se ha hecho en esta área del conocimiento del genoma humano que recibió dos premios Nobel? Uno fue en 1962, para Francis Crick, acertado, pero totalmente incompleto y en 1968 para Robert W. Holley, el cual es directamente incorrecto, por desconocer el uso de textos con sentido que realiza el genoma humano.
Estos desatinos en la genética occidental crearon una ilusión, durante muchos años, de que ya se sabía bastante del genoma humano. Nada más lejos del panorama real y esto se vería muy claro si alguien se pusiera a comparar la genética occidental con la genética de ondas (cuántica) que estamos utilizando en nuestro laboratorio de Moscú, Rusia.
La falta de comprensión del trabajo de nuestro aparato genético y viral es particularmente grave ahora, cuando la medicina es casi impotente contra la pandemia. Además de usar máscaras y aislar a las personas unas de otras, no se puede ofrecer nada realmente sustancial.
La medicina y la genética tradicional no pueden crear una vacuna realmente efectiva para enfrentar esta pandemia, porque este virus muta muy rápidamente, reemplazando sus componentes por análogos.
Es un caso similar al que vivimos con el VIH, virus de inmunodeficiencia humana (VIH), durante casi 30 años. Allí también es imposible aislarlo, lo que excluye la creación de una vacuna que realmente funcione.
Así que, el trabajo no concluyente en esta dirección es lo que volvió a suceder ahora, con el agravante que, en este caso, las mutaciones son mucho más rápidas que en el ejemplo anterior.
Por lo tanto, con la genética y la virología tradicional, permaneceremos siempre en un mismo lugar, desperdiciando mucho dinero en trabajo inútil. Necesitamos de manera URGENTE, una genética y virología fundamentalmente nuevas.
Nosotros tenemos, en primer lugar, la Genética de ondas lingüísticas (BTY), que desarrollamos desde 1984, experimentando una tremenda resistencia de la ciencia oficial.
¿Y qué podemos ofrecer desde nuestra genética de ondas para combatir la pandemia? Lo primero y más importante es la revisión y corrección del antiguo modelo del código genético. El modelo es científicamente incorrecto y, por lo tanto, es una equivocación absoluta, aunque en su momento haya sido laureada con un premio Nobel.
¿Cuál es su error y cómo puede su corrección ayudar a combatir la pandemia? El error es ignorar la importancia de todo lo lingüístico (textual), como parte de la codificación genética, en todo el genoma humano, no solo en el 2% que es lo que produce proteínas y que es todo lo que se pudo estudiar en occidente.
Constantemente niegan el significado de los genes, como partes de textos con sus componentes: palabras, las raíces de las palabras, prefijos, morfemas, fonemas, puntuación, declinaciones, conjugaciones, algunas veces, aspectos probabilísticos de los significados de los textos genéticos y todo un mundo de cosas que sería muy difícil describir.
La única forma de salir de estas circunstancias, más bien sombrías que prevalecen, es comenzar de inmediato la investigación mundial en el campo de la “genética de ondas lingüísticas.”
Tenemos ya una gran base teórica y experimental en esta área, la parte principal es que ya podemos operar con copias cuánticas de genes que, en el futuro próximo, nos permitirá desactivar los genes de ARN y otros virus patógenos, tanto de ARN como de ADN. En otras palabras “apagar” los componentes genéticos de manera cuántica, lo cual significa desactivar cualquier patógeno.”
[Nota de Carlos Delfino: ¿Parece ciencia ficción verdad? Pues no lo es, esto es una traducción/interpretación, escrita por mano de Peter P. Garaiev antes de su muerte. Existe otro elemento importante que no lo exponemos por las dificultades en la explicación.
Para el Dr. Garaiev, en su laboratorio ya tenían en teoría y de manera experimental preliminar, la solución de la pandemia, lo cual se retrasa por su fallecimiento, aunque siempre, desde su comienzo trabajó con amplios equipos interdisciplinarios, lo que nos da una gran esperanza.
Termina este informe diciendo directamente:]
“Obtuvimos un resultado positivo en bacterias patógenas, introduciendo cierta destrucción en su aparato genético. Recibimos un espectro espintrónico de tal daño. Este espectro bloqueó el desarrollo de bacterias patógenas. De hecho, obtuvimos una vacuna cuántica contra estas bacterias. Tiene mucho sentido continuar este trabajo.”
El Covid-19 como arma bioenergética y la vacuna cuántica del Dr. Gariaev