En su actualización más reciente, Benjamín Fulford ofrece una interpretación interesante sobre un evento geopolítico y otro religioso que en conjunto podrían revelar una de las claves de cómo las élites quieren reestructurar la división del poder global a través de la política, la economía y la religión. Por un lado, como otros analistas, Fulford sugiere que la nueva conformación del poder global será tripartita. Y propone que la división será una calca de las alianzas que ahora mismo se están observando en torno a la crisis en Venezuela. Es decir, por un lado quedarían los países de la Alianza Occidental que apoyan la invasión de Venezuela (con EE.UU. como eje), por otro lado la Alianza de Eurasia que desaprueba la intervención militar de Washington en Venezuela (con China y Rusia como eje), y por otro lado las regiones que se han mostrado neutrales, que son países emergentes de América Latina, Asia y casi todo el continente africano —que además son ricos en recursos naturales y podrían beneficiarse con el reseteo monetario y la aplicación de GESARA. Según las fuentes citadas por Fulford, en esta división “no hay perdedores, solo ganadores, gracias a un raro y casi perfectamente equilibrado balance de poder mundial”; y una señal visible de que el orden mundial se dirige en esta dirección sería el hecho de que la semana pasada se anunció un pasaporte unificado para todas las naciones africanas. Por otro lado, Fulford menciona otro “gran movimiento público por parte del Papa Francisco, un alto representante islámico y representantes de muchas otras religiones, que vaticina el anuncio de una religión mundial.” Esto después que Jorge Bergoglio se convirtiera en el primer papa en la historia en visitar la Península Arábiga —el lugar de nacimiento del Islam— la semana pasada. Un documento redactado y firmado por el Papa Francisco y el Imán Ahmad Al-Tayyeb durante la visita, coincide con la agenda religiosa ecuménica del Nuevo Orden Mundial, ya que además de otorgar al concepto de Dios una implicación política, resalta la importancia de “invitar a todos los hombres y mujeres a creer que este universo depende de un Dios que lo gobierna.”
Durante su reunión en Abu Dhabi, el 4 de febrero de 2019, Jorge Bergolgio y el Gran Imán de Al-Azhar, Ahmad Al-Tayyeb, firmaron un documento titulado: “Sobre fraternidad humana para la paz y coexistencia mundial”, en el que se expone lo siguiente:
“El objetivo primero y más importante de las religiones es creer en Dios, honrarlo e invitar a todos los hombres y mujeres a creer que este universo depende de un Dios que lo gobierna. Él es el Creador que nos ha formado con Su sabiduría divina y nos ha otorgado el don de la vida para protegerlo. Es un regalo que nadie tiene derecho a quitar, amenazar o manipular para adaptarse a uno mismo. De hecho, todos deben salvaguardar este regalo de la vida desde su inicio hasta su fin natural. Por lo tanto, condenamos todas aquellas prácticas que son una amenaza para la vida, como el genocidio, los actos de terrorismo, el desplazamiento forzado, el tráfico de personas, el aborto y la eutanasia. Asimismo, condenamos las políticas que promueven estas prácticas.”
Más allá de la subordinación descrita en este fragmento del documento al otorgar implicaciones políticas a un concepto universal de Dios, llama la atención que condene de manera hipócrita crímenes como los que las propias religiones han practicado a lo largo de toda la historia para destruir la divinidad del ser humano y separarlo, como es el caso del tráfico humano y el genocidio.
Es en ese sentido que el propósito del documento parece una mera justificación ideológica para establecer un nuevo ecumenismo déspota, corrupto y controlador, haciendo confluir varios dioses hasta establecer la religión mundial única que tanto anhela el Nuevo Orden Mundial. Las élites ya han hecho esto en el pasado, a nivel regional, sincretizando cultos paganos egipcios y griegos bajo la imagen de un solo dios —como Serapis— para asimilar y controlar mejor a ambas sociedades en el Egipto ptolemaico. A nivel continental, también han incorporado deidades paganas del panteón azteca con vírgenes cristianas para crear a la virgen Guadalupe de México, y unir así a mestizos, indígenas y criollos bajo el culto católico.
La relación entre catolicismo y cultos egipcios, por cierto, también ha sido estudiada de manera científica por el teólogo y egiptólogo Llogari Pujol, quien ha comprobado que los Evangelios del Nuevo Testamento fueron compuestos por sacerdotes eruditos judeo-egipcios del templo de Serapis en Sakkara (Egipto), quienes tradujeron cuentos egipcios —palabra por palabra— y usaron la técnica de las simetrías para reciclarlos y crear así las bases del nuevo culto cristiano representado por Jesús/Horus.
Fuentes:
Benjamin Fulford — Secret treaties signal massive world changes as early as March.
Libreria Editrice Vaticana — A document on human fraternity for world peace and living together.
Mente Alternativa — Investigación científica revela que la identidad del Jesús bíblico fue copiada del dios Horus de los textos egipcios.
