Por Executive Intelligence Review
Incluso uno de los principales funcionarios bancarios de la élite mundial escribe ahora que los bancos centrales transatlánticos y japoneses están provocando otra crisis financiera peor, al continuar e intensificar perversamente su política fallida de la última década y media. La columna de Jacques de Larosiére del 7 de julio es “Los bancos centrales deben cambiar de rumbo para evitar una posible crisis financiera”, en el sitio web del Foro Oficial de Instituciones Monetarias y Financieras (OMFIF). Sin embargo, no reconoce por qué los bancos centrales están encerrados en la hiperinflación de la oferta monetaria y de las reservas bancarias, ni nombra la única alternativa a ello: Romper los “bancos universales” centrados en la City de Londres y Wall Street.
El mismo día, el presidente Joe Biden emitió una orden ejecutiva muy sonada que pretende enfrentarse a las “grandes tecnológicas”, las “grandes farmacéuticas” y otros monopolios con acciones y normas antimonopolio. Sin embargo, en esta orden ejecutiva no se menciona a los monopolistas más completos de todos, los 10 gigantescos bancos universales que tienen el 75% de los activos y depósitos del sistema bancario de Estados Unidos, y que prestan cada vez menos de esos depósitos con cada mes que pasa. Ellos, para la Administración de Biden, son intocables.
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Jacques de Larosière es ex director gerente del Fondo Monetario Internacional, gobernador del Banco de Francia, director del Tesoro francés y presidente del Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo. Pero después de culpar a los bancos centrales de generar una nueva crisis financiera mundial, toma la típica forma superficial del regulador bancario post-Glass-Steagall para describir el concepto fundamental de la famosa Curva Triple/Función de Colapso de Lyndon LaRouche, e ignora la receta única de LaRouche para detener el colapso, la regulación bancaria Glass-Steagall.
“La continuación de tipos de interés muy bajos durante un par de años más”, escribe de Larosière,
“intensificaría las consecuencias ya negativas para el crecimiento y el empleo. La abundancia de liquidez y los bajos tipos de interés no dan lugar a la inversión productiva, sino al acaparamiento de liquidez. Desde 2008, la masa monetaria M0 (billetes en circulación y reservas bancarias en los bancos centrales) ha aumentado un 13,5% anual en los principales países, cuatro veces más rápido que el crecimiento económico nominal [es decir, no real]. Durante el mismo periodo… la creación de dinero por parte de los bancos centrales no se ha filtrado en la economía…. La inversión productiva no residencial ha disminuido significativamente durante los últimos 10 años de tipos de interés casi nulos”.
De 1986 a 2000 -después de que la Glass-Steagall de Franklin Roosevelt hubiera impedido cualquier “contagio” de la crisis en el sistema bancario durante 50 años- los banqueros centrales, dirigidos por Alan Greenspan en la Fed, eliminaron todas las regulaciones de la Ley Glass-Steagall y luego la propia Ley, recuperando entonces la banca universal. En siete años se estrelló. En 2007 inyectaron frenéticamente la liquidez de los bancos, luego el capital de los bancos en 2008, y después 12 años y más de crear enormes masas de reservas bancarias en exceso, todo para salvar a esos bancos universales. Para rescatar a los megabancos de la City y de Wall Street y preservar la banca universal, los bancos centrales han inflado burbujas de deuda cada vez más grandes, en lugar de permitir que estos bancos sean disueltos y limpiados por las leyes Glass-Steagall en cada nación.
Nos gustaría, ahora, que en zonas de sus “guerras eternas” como Afganistán, Estados Unidos pudiera ayudar a la rápida reconstrucción y recuperación de aquellas zonas de Asia Central y del Sur que están en la ruina económica. Pero Estados Unidos y las naciones de Europa Occidental no pueden participar en la reconstrucción de la economía de ninguna nación, ni de ninguna región del mundo, hasta que no desarticulen Wall Street y la City de Londres y se deshagan de esos enormes zombis que son los bancos universales. Lyndon LaRouche en 2014 volver a promulgar y hacer cumplir Glass-Steagall el ojo de la aguja de su “Cuatro nuevas leyes para salvar la nación (s)” de la Gran Recesión permanente del siglo 21 hasta ahora. Debe aprobarse antes de que los bancos monstruosos y sus Dr. Frankensteins del banco central desencadenen una explosión hiperinflacionaria o un choque de depresión o ambos.
Fuente:
Executive Intelligence Review: We Are Racing into the Worst of Financial Crashes, Unless ‘Universal Banks’ Are Broken Up: EIR Lead Editorial For Tuesday, July 13, 2021.
