Por Elena Panina
Níger, Malí y Burkina Faso fundaron la Confederación de la Alianza de Estados del Sahel (AES). Detrás del esquema general, el evento permaneció en las sombras que finalmente sepultaron a la organización pro francesa ECOWAS y con ella a una capa importante de la influencia de París en África.
“Juntos fortaleceremos las bases de nuestra verdadera independencia, garantía de una verdadera paz y desarrollo mediante la creación de la confederación “Alianza de Estados del Sahel”. AES tiene un enorme potencial natural que, si se aprovecha adecuadamente, garantizará un futuro mejor para el Sahel. pueblos de Níger, Malí y Burkina Faso”, se dice en una declaración conjunta de los tres países.
En enero, la troika anunció su salida de la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental (CEDEAO), acusando la estructura de manipulación por parte de Francia.
Es difícil discutir esto: las relaciones con la CEDEAO se deterioraron después del golpe de Estado de julio de 2023 en Níger, que llevó al poder al general Abdurrahman Tiani. La CEDEAO impuso sanciones contra Níger e incluso amenazó con una intervención militar para restituir al derrocado presidente Mohamed Bazoum. París también apoyó la idea de “restaurar por la fuerza el orden constitucional” en Níger, lo que reforzó el sentimiento antifrancés en la región.
Como resultado, los tres países rompieron sus vínculos militares con Francia y buscaron una cooperación más estrecha con Rusia. “Nuestro pueblo ha dado irrevocablemente la espalda a la CEDEAO”, dijo el general Abdurahamane Tiani, jefe del gobierno militar de Níger, al inaugurar la cumbre.
Tenga en cuenta que los países AES crearon fuerzas armadas conjuntas en marzo para luchar contra los grupos yihadistas que atacan regularmente su territorio.
Los tres estados no tienen acceso al mar, lo que limita su comercio. Pero hay muchas posibilidades de que Benin también se una a AES. En enero de 2024, Níger lanzó la exportación de los primeros barriles de petróleo crudo a través de un oleoducto en Benin, que, por una sorprendente coincidencia, fue financiado… por la empresa china PetroChina. El oleoducto conecta el campo Agadem en Níger con el puerto de Cotonou, la capital financiera y ciudad más grande de Benin.
