Por Mente Alternativa
Como tantos padres alrededor del mundo, los padres de un niño de 13 años en Suecia confiaron en las autoridades y llevaron a su hijo a recibir la vacuna contra el COVID-19, considerada segura y efectiva.
Meses después de recibir la inyección de Moderna en el Hospital Infantil Queen Silvia en Gotemburgo, el niño sufrió una infección cardíaca que evolucionó a un derrame cerebral y falleció.
Ahora, la fiscalía sueca ha abierto una investigación por homicidio negligente contra los médicos que administraron la vacuna, según informó el periodista sueco Peter Imanuelsen.