Por Mente Alternativa
El pasado 2 de diciembre de 2024, un Subcomité Selecto del Congreso de Estados Unidos publicó un extenso informe de 520 páginas investigando los orígenes del COVID-19. Entre las revelaciones más impactantes se encuentra el Proyecto DEFUSE, una iniciativa liderada por EcoHealth Alliance en colaboración con el Instituto de Virología de Wuhan (WIV), financiada por los Institutos Nacionales de Salud (NIH). Este proyecto tenía como objetivo estudiar coronavirus modificados en busca de medidas preventivas, pero las controversias sobre su manejo han puesto en entredicho el papel de importantes instituciones, como DARPA.
El Proyecto DEFUSE y el programa DARPA PREEMPT
El informe detalla cómo el Proyecto DEFUSE formaba parte del programa PREEMPT de DARPA, diseñado para investigar virus de murciélagos y prevenir posibles pandemias. Aunque DARPA rechazó financiar el proyecto oficialmente por riesgos de bioseguridad, EcoHealth Alliance continuó sus investigaciones con fondos de los NIH. Estas incluían la creación de virus quiméricos y la manipulación de genomas para analizar su capacidad de infección en humanos.
La versión oficial atribuye la negativa de DARPA a razones éticas y de seguridad, pero las declaraciones de Peter Daszak, director de EcoHealth Alliance, señalan la falta de presupuesto como el verdadero motivo. Este cruce de versiones ha generado sospechas sobre posibles encubrimientos para proteger la reputación de DARPA, convirtiendo a EcoHealth Alliance en el chivo expiatorio.
Un origen en disputa: ¿Wuhan o Carolina del Norte?
El informe refuerza la teoría de que el SARS-CoV-2 surgió de una fuga de laboratorio en el Instituto de Virología de Wuhan, pero también deja espacio para el debate. El exdirector de los CDC, Robert Redfield, sugirió recientemente que el virus podría haberse originado en un laboratorio en Carolina del Norte como parte de un programa secreto de defensa biológica de Estados Unidos, antes de llegar a Wuhan.
Estas afirmaciones no solo alimentan el escepticismo público, sino que también plantean serias dudas sobre la transparencia en la investigación científica y el manejo de información crítica durante la pandemia.
Vacunas ARNm: Éxitos y desafíos
El informe también analiza las vacunas ARNm, destacando que, aunque salvaron vidas, no lograron frenar la transmisión del virus y causaron efectos secundarios significativos. Las críticas apuntan a la falta de un sistema eficiente para gestionar los efectos adversos, lo que erosionó la confianza en el sistema de salud.
Confinamientos, corrupción y daño social
Las medidas de confinamiento y los mandatos de uso de mascarillas son descritos como estrategias fallidas, causando más daño que beneficio. A esto se suma el mal manejo de los fondos de alivio por el COVID-19, de los cuales se estima que $64 mil millones fueron mal utilizados. Este fraude masivo empañó aún más la percepción pública sobre la gestión de la pandemia.
El legado del informe
La publicación del informe del Congreso no solo destapa fallos en la gestión de la pandemia, sino que también cuestiona la ética de los actores involucrados. La conexión entre EcoHealth Alliance, DARPA y los NIH plantea preguntas cruciales sobre la transparencia y responsabilidad en la investigación científica de alto riesgo.
Mientras el mundo reflexiona sobre las lecciones aprendidas de la pandemia, el debate sobre la regulación de las investigaciones de ganancia de función y el papel de las agencias gubernamentales será clave para prevenir futuras crisis globales.