La “Front Line COVID-19 Critical Care Alliance” (FLCCC), un grupo de médicos de cuidados intensivos, ha tratado a más de 1.000 personas, de las que aproximadamente el 70% declararon síntomas del llamado “Covid prolongado” tras la vacunación, y no tras la infección por COVID. Un estudio reciente de la Facultad de Medicina de Yale destacó los síntomas posvacunación. De ahí que el presidente y el director científico de FLCCC, hayan manifestado su temor a que estos hallazgos con consecuencias nefastas sean censurados por el gobierno.
Millones de estadounidenses siguen lidiando con el COVID prolongado, una afección grave y poco conocida, mientras que las pruebas emergentes sugieren que la vacuna contra el COVID también podría estar asociada con un síndrome similar conocido como “long vax” (vax prolongado), en referencia a los síntomas prolongados después de la vacunación contra el COVID-19 que son una afección diferente del COVID prolongado, aunque pueden compartir síntomas comunes.
La Alianza FLCCC, un grupo de médicos de cuidados intensivos, ha tratado a más de 1.000 personas, de las que aproximadamente el 70% declararon síntomas tras la vacunación y no tras la infección por COVID. Esta afección está ganando atención en la literatura médica, con un estudio de la Facultad de Medicina de Yale que destaca los síntomas posvacunación.
Preocupa la posibilidad de que la censura institucional, similar a la experimentada durante la pandemia, dificulte la difusión de información crítica. La alarma generalizada sobre las enfermedades autoinmunes que están alcanzando niveles epidémicos, en parte atribuibles a la COVID, y la posible contribución de las vacunas COVID a esta tendencia subrayan la urgencia de una investigación exhaustiva.
Sin embargo, los esfuerzos actuales, como la atención prestada por los Institutos Nacionales de Salud al Paxlovid, un tratamiento antiviral sin efectos probados sobre las enfermedades autoinmunes, y los desafíos legales contra la supresión de los debates sobre tratamientos alternativos del COVID, ponen en duda el compromiso del gobierno para abordar estas cuestiones. El llamamiento a realizar verdaderos esfuerzos para comprender y tratar la COVID prolongada y la “long vax” pone de relieve la necesidad de colaboración entre médicos y pacientes en ausencia de una acción gubernamental eficaz.
