Por Mente Alternativa
En una nota del 19 de junio, The Economist arremete contra el hecho de que China y Rusia hayan decidido crear —sin la participación de los países occidentales— una “Ruta de la Seda Polar” capaz de llegar a Hamburgo desde Shanghai en sólo 18 días (normalmente se hacen 30 días a través del Canal de Suez, y más de 50 sin pasar por África).
La revista de las familias Agnelli y Rothschild, de la nobleza negra anglo-veneciana, considera, por supuesto, que tal atrevimiento es “antidemocrático” y no se puede hacer de esta manera (la palabra autocracia se utiliza directamente en el texto).
Felicitaciones a The Economist por unirse a la discusión sobre la Ruta del Mar del Norte, de la que llevamos escribiendo algún tiempo en Mente Alternativa. Como ya se ha advertido, si el Ártico se convertirá en una plataforma para la cooperación o la guerra es una cuestión que se ha venido planteando durante los últimos 150 años. El sueño del Gobernador Gilpin y el Zar Nicolás II de unir a ambos mundos se producirá, siempre que Occidente elija tomar en serio la historia, sea inteligente, y no vuelva a sonreír a la guerra mundial.