Mientras dos portaviones estadounidenses se dirigen al hemisferio sur de América Latina en plena crisis en Venezuela como parte de un “programa de entrenamiento”, y otro más es desplegado en Oriente Medio para amenazar a Irán, los medios de comunicación están llenando titulares sobre la llamada telefónica del viernes entre el presidente de los Estados Unidos y el del Rusia, en la que supuestamente “Trump propuso a Putin la idea de ampliar las conversaciones sobre control de armas que también incluirían a China.” Es decir que Trump sigue dando señales conflictivas al impulsar la agenda intervencionista y armamentística de administraciones previas, mientras se pone a hablar sobre control de armas para confundir a analistas, algo que por otro lado le permite ganar tiempo al Cabal de cara al Nuevo Orden Mundial Multipolar. A principios del mes pasado, en una reunión con el enviado comercial y viceprimer ministro chino, Trump lamentó los niveles de gasto militar de las principales potencias, sugiriendo que “todo ese dinero podría gastarse mejor en otras cosas.” Sin embargo, no hay que olvidar que Trump: ha respaldado el proyecto de la era de Obama de 500 mil millones de dólares para modernizar el arsenal atómico de EE.UU.; se retiró del Tratado INF con Rusia y actualizó la postura nuclear de EE.UU. para ser más agresivo; y además ya ha empezado a desplegar su sistema antimisiles en el espacio, mismo que podría emplear para realizar un ataque preventivo contra Rusia, China u otros países.
Trump propuso a Putin acordar un control de armas que también incluirían a China
Según el Kremlin, durante la llamada telefónica del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, con su homólogo ruso, Vladimir Putin, el viernes, se abordaron temas como “estabilidad estratégica”, lazos económicos, Corea del Norte, Ucrania y Venezuela. Pero la noticia que ha acaparado los titulares es que “Trump propuso a Putin la idea de ampliar las conversaciones sobre control de armas que también incluirían a China.”
Trump dijo los medios de comunicación en la Casa Blanca:
“Estamos hablando de un acuerdo nuclear donde ganamos menos y ellos ganan menos, y quizás incluso donde nos deshacemos del tremendo potencial de fuego que tenemos ahora. Estamos gastando miles de millones de dólares en armas nucleares, cifras como nunca antes hemos gastado. Discutimos la posibilidad de un acuerdo de tres vías en lugar de un acuerdo de dos vías. Ya he hablado con China, y a ellos les gustaría mucho ser parte de ese trato.”
El Washington Post informó la semana pasada que Trump “ha ordenado a su gobierno que prepare un impulso para nuevos acuerdos de control de armas con Rusia y China después de enfadarse a costa de una carrera de armamento nuclear del siglo XXI.”
CNN citó a un alto funcionario de la Casa Blanca que dijo:
“El presidente dejó en claro que piensa que el control de armas debería incluir a Rusia y China y debería incluir todas las armas, todas las ojivas, todos los misiles.”
Las paradojas de Trump y su narrativa sobre el control de armas
Trump está dando señales conflictivas. A pesar de hablar sobre el control de armas, el presidente de los Estados Unidos ha respaldado el proyecto de la era de Obama de 500 mil millones de dólares para modernizar el arsenal atómico de EE.UU., se retiró del Tratado INF con Rusia y actualizó la postura nuclear de EE.UU. para ser más agresivo. Después, a principios del mes pasado, en una reunión con el enviado comercial y viceprimer ministro chino, Trump lamentó los niveles de gasto militar de las principales potencias, sugiriendo que todo el dinero podría gastarse mejor en otras cosas.
Claramente, en cualquier escenario emergente, el contexto más amplio de las relaciones será el factor clave. Llevar a China a bordo de las conversaciones sobre control de armas es una agenda común entre los rusos y los estadounidenses. Para entender esto, debemos retroceder en el tiempo a la negociación del Tratado de las Fuerzas Nucleares de Rango Intermedio (INF).
Fundamentalmente, el enfoque de China para el control de armas ha sido diferente al de Estados Unidos o Rusia. Washington y Moscú han sido impulsados históricamente por el imperativo estratégico de paridad que generó, a su vez, la carrera de armamentos de la era de la Guerra Fría y su “antítesis”: control de armas y reducciones. Y el concepto de mutua disuasión nuclear y estabilidad fue compartido e interdependiente.
China, por el contrario, nunca buscó la paridad y no tenía ninguna razón para entrar en una carrera de armamentos o participar en el control de armas. Hoy, según se informa, China tiene un arsenal de menos de 300 ojivas estratégicas (en comparación con 1550 que el Nuevo Tratado START de 2010 permite a EE. UU. y Rusia mantener). En pocas palabras, China se mantuvo al margen, sosteniendo que EE.UU. y Rusia necesitan reducir sus arsenales antes que alardear sobre su posible participación en en acuerdos para limitar y reducir su arsenal atómico.
Rusia acusa que EE.UU. ya empezó a desplegar su sistema antimisiles en el espacio
Fuentes:
Russia News Now — Trump Eyes His Biggest Deal: An Arms-Control Agreement With Russia AND China?
