El mundo esta hecho un lío y el problema de occidente no es China, sino nosotros mismos al apartarnos de nuestras mejores tradiciones.
Si das un paso atrás, para alejarnos del asalto y agresión diaria de los medios informativos de la casta dominante, al que están sujetos los estadounidenses, al igual que muchos otros en todo el mundo —que cubren toda la gama de mentiras sobre el juicio político al Presidente Donald Trump, hasta las mentiras sobre Rusia y China, las mentiras sobre el estado de la economía, y las mentiras sobre lo que piensa la mayoría de los estadounidenses— los verdaderos problemas que enfrenta el planeta se muestran con mayor claridad.
Realmente la civilización se encuentra en un problema profundo, como señaló Helga Zepp-LaRouche en una discusión con asociados el sábado 7. Primero, la relación particular más importante entre las naciones de este planeta, y que es la relación esencial para darle marcha atrás al colapso económico que esté en marcha en occidente, la relación entre Estados Unidos y China, se halla en muy mala forma, y empeora cada día que pasa. El Congreso de Estados Unidos ha aprobado una serie de leyes provocadoras en contra de China, supuestamente en defensa de la “democracia y los derechos humanos” en Hong Kong y en la provincia de Xinjiang, que el Presidente Trump se ha sentido obligado políticamente a promulgar. Y las relaciones económicas entre los dos países siguen empantanadas en la confrontación patrocinada por Wall Street. Zepp-LaRouche informó que, durante su reciente viaje a China, se encontró con que los académicos y funcionarios chinos con los que se reunió, ven las relaciones entre China y Estados Unidos actualmente en bastante mal estado y como que lo más probable es que empeoren.
Esa misma conclusión se puede sacar de la inusual llamada telefónica que hizo el principal funcionario chino de relaciones exteriores, Yan Jiechi, al secretario de Estado de EU, Mike Pompeo.
Como lo señaló Zepp-LaRouche, en este momento hay cero probabilidades de que surja una alianza de las Cuatro Potencias que proponía LaRouche, entre Estados Unidos, China, Rusia e India, si Estados Unidos (y las naciones de la Unión Europea) siguen en su trayectoria presente de confrontación con China y con Rusia.
Eso nos lleva a la segunda cuestión vital, que se relaciona íntimamente con la primera: el golpe de Estado en marcha en contra del Presidente Trump, porque ha procurado establecer relaciones positivas con China y con Rusia, entre otros motivos. Ese golpe, disfrazado de manera nada convincente como un “juicio político”, está procediendo por la vía rápida, sin vacilar ante el hecho de que no hay ninguna base en absoluto en los hechos reales, del mundo real, para imponer este grave castigo constitucional. Los perpetradores del golpe no solo no vacilan ante las consecuencias políticas predecibles, sino que más bien se envalentona por ello, de que Estados Unidos se hundirá más en la polarización, quizás al punto de la violencia, si el golpe tiene éxito. El único beneficiario de dicho vuelco en los acontecimientos sería el imperio británico, cuyo sistema geopolítico y financiero se enfrenta a la extinción. Pero la consecuencia más atroz que lleva a ser impensable, es que al hace a un lado al Presidente Trump se elimina lo que es ahora el único obstáculo en la confrontación entre Estados Unidos (bajo otro gobierno abiertamente hostil) y Rusia y China.
La trayectoria política interna en Estados Unidos es hacia la declaración del juicio político en la Cámara de Representantes esta misma semana, y seguido después por un juicio ante el Senado para enero, lo cual ocasionará enormes daños a la nación estadounidense, el menor de los cuales sería el lavado cerebral de la población con episodios diarios de la telenovela desde Washington, y la enorme distracción del asunto realmente más apremiante del día, que es la sustitución del sistema financiero genocida transatlántico en bancarrota, por un nuevo orden económico mundial justo, a ser construido sobre la base de la Iniciativa de la Franja y la Ruta de China y basado en los principios universales del Sistema Americano de economía, del cual Lyndon LaRouche es el principal exponente moderno y defensor.
Pero las trayectorias en lo político y en lo económico son para cambiarlas, no para seguirlas obedientemente, en espacial cuando conducen demostradamente a tales catástrofes. Un flanco fundamental que tenemos al a mano para alterar esa trayectoria y definir una nueva es la circulación masiva del informe especial de EIR, “Paren la cacería macartista contra China y contra el Presidente Trump”, como parte de una movilización amplia para detener el golpe. Ese follero aborda de frente los prejuicios fatales que le han metido a mucha gente en todo el mundo. Por ejemplo: el hecho es que no habrá ninguna defensa competente de la Presidencia de Estados Unidos, proveniente de nadie que esté en desacuerdo con el contenido de ese folleto y de la necesidad de que Estados Unidos se una a la Iniciativa de la Franja y la Ruta.
Helga Zepp-LaRouche subrayó que China funciona hoy en día con base a una civilización y tradición principalmente confuciana de más de 5,000 años, no de ninguna ideología “marxista” osificada. El problema que enfrentamos en occidente no son ellos, sino nosotros. Somos nosotros en occidente quienes nos hemos apartado de nuestras mejores tradiciones, del Renacimiento europeo, de los clásicos alemanes, de la Revolución Americana; todas y cada una de estas tradiciones son congruentes con lo que China está haciendo hoy en día.
Esta cuestión central señala el camino del mundo para salir del enredo actual.
Leibniz y la raíz de la 1ª integración euroasiática saboteada por el Vaticano jesuita
Fuente:
LaRouche PAC — El mundo está hecho un lío.