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La trampa británica dentro de la trampa ‎estadounidense en el Alto Karabaj

Después de haber planificado la guerra en el Alto Karabaj, el Pentágono se vio burlado ‎por sus aliados británicos. Pero a las potencias no les importan ‎los muertos de ese conflicto. A fin de cuentas, Londres y Ankara restablecen su ‎alianza histórica, Washington y Moscú no ganan nada, pero George Soros y ‎sobre todo los armenios han perdido mucho.

 

Por Thierry Meyssan

Al cabo de 44 días de guerra en el Alto Karabaj, la República de Armenia tuvo que firmar ‎un alto al fuego con Azerbaiyán, aceptando así la pérdida de una parte de los territorios ‎en disputa. ‎

Sin embargo, como habíamos señalado desde este sitio web, en forma de interrogación, el plan ‎inicial de Estados Unidos preveía empujar a Turquía a cometer un error, propiciando una masacre ‎contra la población armenia, lo cual justificaría una intervención, el derrocamiento del presidente ‎turco Recep Tayyip Erdogan y sólo entonces restaurar la paz [1].‎

Pero ese plan no funcionó. Tras esa maniobra se escondía una estratagema británica. ‎Por debajo de la mesa, Londres aprovechó la confusión creada por la elección presidencial ‎estadounidense para darle el esquinazo a Washington. Utilizó la situación para tratar de privar ‎a Rusia de la carta del Alto Karabaj y volver al «Gran Juego» del siglo XIX [2], cuando los británicos ‎eran aliados del imperio otomano contra la Rusia zarista. Pero Moscú se dio cuenta e impuso a ‎los contendientes el alto al fuego para detener la maniobra de la masacre.

 

1- El «Gran Juego»

A lo largo del siglo XIX, los imperios británico y ruso rivalizaron encarnizadamente por el control ‎del Cáucaso y de toda Asia Central. Aquello se conoce en Inglaterra como el «Gran Juego» y ‎en Rusia como el «Torneo de las Sombras». ‎

Rusia comenzó a ganar la partida cuando logró apoderarse del Alto Karabaj. El efecto de dominó ‎iniciado con aquella conquista le permitió extender su control al Cáucaso. ‎

Debido a ese precedente histórico, en Londres piensan que recuperar hoy el Alto Karabaj ‎permitiría al Reino Unido socavar la influencia de Moscú en el Cáucaso y después en toda ‎Asia Central. ‎

El primer ministro británico, Boris Johnson, se considera el continuador de la política imperial de ‎Winston Churchill [3] y acaba de dar ‎a conocer un costoso plan de modernización de las fuerzas armadas británicas [4].‎

En aras de volver al «Gran Juego», Boris Johnson puso al director general del ministerio ‎de Exteriores, Richard Moore, a la cabeza del MI6 (el servicio de inteligencia británico para ‎el exterior). Es importante saber que este nuevo jefe del MI6, fue embajador de Su Majested ‎en Ankara, habla turco con soltura y sostiene una amistad personal con el presidente turco ‎Recep Tayyip Erdogan. Su nominación como nuevo director del MI6 fue el 29 de julio de 2020, ‎pero Richard Moore no asumió ese cargo hasta el 1º de octubre… 4 días después del inicio de la ‎ofensiva de Azerbaiyán en el Alto Karabaj. ‎

 

2- El papel de Richard Moore, nuevo director del MI6

Richard Moore es además un amigo personal del príncipe Charles, quien a su vez encabeza el ‎Centro de Estudios Islámicos de Oxford (Oxford Centre for Islamic Studies) donde se forman los ‎intelectuales de la Hermandad Musulmana… desde hace 25 años. El ex presidente de Turquía, ‎Abdullah Gul es miembro del consejo de administración de ese centro.‎

Siendo embajador británico en Ankara –desde 2014 hasta 2017–, Richard Moore acompañó al ‎presidente turco Erdogan en el proceso que lo llevó convertirse en el protector de la Hermandad ‎Musulmana. ‎

En 2014, Richard Moore también desempeñó un papel en la retirada británica de la guerra ‎contra Siria. Londres no tenía intenciones de mantenerse en un conflicto en el que se había ‎implicado para llevar adelante sus propios objetivos coloniales pero que se había convertido en ‎una operación del imperialismo estadounidense basada en la aplicación de la estrategia ‎Rumsfeld/Cebrowski ‎ [5]‎.‎

En las últimas semanas, el nuevo jefe del MI6 viajó a Egipto y Turquía. El día que Rusia impuso el ‎alto al fuego a las partes beligerantes en el Alto Karabaj –el 9 de noviembre– Richard Moore ‎estaba en El Cairo para reunirse con el presidente egipcio al-Sissi. Y el 11 de noviembre estaba ‎en Ankara. Oficialmente, no se entrevistó allí con su viejo amigo, el presidente Erdogan, sino ‎sólo con su portavoz, en el palacio presidencial [6]. ‎

 

3- Soros no cuenta para los Estados

En la guerra que Azerbaiyán y Turquía reiniciaron en el Alto Karabaj, Washington creyó poder ‎contar con el presidente de la República de Armenia, Armen Sarkissian, y con el primer ministro ‎armenio, Nikol Pashinian, conocido como uno de los hombres del magnate estadounidense ‎George Soros [7] para utilizarlos como carnada.‎

George Soros es un especulador estadounidense que sigue su propia agenda política, pero trabaja ‎en coordinación con la CIA [8]. Pero los británicos no ven a Soros con tan buenos ojos ‎como la CIA –es importante recordar que Soros debe su fortuna a una gran operación contra la ‎libra esterlina, con la que provocó el “miércoles negro” del 16 de septiembre de 1992. Aquella operación le valió a Soros ser llamado «el hombre que quebró el Banco de Inglaterra». ‎

 

4- El doble juego británico

Londres comenzó dejando actuar a Washington. Los estadounidenses incitaron la «Nación de ‎Dos Estados» (Turquía y Azerbaiyán) a abrir las hostilidades contra la República de Artsaj, ‎el Estado proclamado por la población armenia del Alto Karabaj. ‎

El MI6 ayudó los servicios secretos turcos (MIT) a trasladar yihadistas a Azerbaiyán [9], ‎no para matar armenios sino para matar rusos. Pero en aquel momento todavía ‎no había rusos en el Alto Karabaj. ‎

Soros reaccionó enviando mercenarios kurdos como refuerzo para los armenios [10]. ‎

Fingiendo seguir el juego, Londres apoyó a Azerbaiyán y Turquía. Durante los primeros días de ‎enfrentamientos, las 3 grandes potencias del Grupo de Minsk de la OSCE (a cargo del conflicto ‎del Alto Karabaj desde la disolución de la URSS) –o sea, Estados Unidos, Francia y Rusia– ‎trataron de obtener el cese de los combates y la reanudación de las negociaciones [11]. Cuando esas tres potencias comprueban la mala fe de Azerbaiyán, presentan un ‎proyecto de resolución en el Consejo de Seguridad de la ONU. Washington busca así un cambio ‎conjunto de posición –pasar de la neutralidad a la condena de la «Nación de Dos Estados». ‎

Durante los primeros días, los armenios se defienden como pueden. Pero el presidente de la ‎República de Armenia, Armen Sarkissian, quien además de ser armenio también ostenta la ‎ciudadanía británica, modifica los planes del estado mayor y envía voluntarios sin experiencia ‎al frente de batalla [12]. El resultado es desastroso para las fuerzas ‎armenias. ‎

En el Consejo de Seguridad de la ONU, Reino Unido anuncia súbitamente que vetará el proyecto ‎de resolución del Grupo de Minsk. Estupefacto, Estados Unidos acusa públicamente a Azerbaiyán ‎de mala fe, el 25 de octubre. ‎

Sólo al cabo de 2 semanas más, Rusia entenderá que Washington, empantanado en su elección ‎presidencial ya no controla el tema del Alto Karabaj. ‎

 

5- Rusia pone fin al juego antes de que sea demasiado tarde

El 6 de octubre, Rusia se da cuenta de que hay una trampa británica dentro de la trampa ‎estadounidense. A partir de ese momento, Moscú llega a la conclusión de que Londres ha ‎reactivado el «Gran Juego» para tratar de poner fin a la influencia rusa en el Alto Karabaj. ‎

El 7 de octubre, el presidente ruso Vladimir Putin se comunica por teléfono con el presidente ‎turco Recep Tayyip Erdogan y negocia con él un alto al fuego eminentemente desfavorable a ‎los armenios. Erdogan, sabiendo que no podrá enfrentar lo que va a desatarse contra él cuando ‎la situación política se estabilice en Estados Unidos, acepta conformarse sólo con ganar ‎territorio. El presidente Putin convoca entonces al presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliev, y al ‎primer ministro de la República de Armenia, Nikol Pachinian, en el Kremlin. ‎

El 10 de octubre, Putin salva lo que todavía puede salvarse forzando sus interlocutores de ‎Armenia y Azerbaiyán a firmar un alto al fuego en los términos negociados con Erdogan ‎‎ [13]. Sus prioridades son establecer la presencia militar ‎rusa a través de una fuerza de paz y detener el baño de sangre. Putin se dirige entonces ‎al pueblo ruso para anunciarle que se han preservado los intereses de Rusia salvando al mismo ‎tiempo a Armenia de una derrota aún más grave. ‎

Mientras tanto, los armenios se dan cuenta –ya demasiado tarde– de que, al alejarlos de Rusia ‎para acercarlos a Estados Unidos, su primer ministro Nikol Pachinian ha escogido el caballo ‎perdedor. Los armenios finalmente caen en cuenta de que –aun siendo corrupto– el equipo de ‎gobierno derrocado durante el golpe suave financiado por Soros y encabezado por Pachinian, ‎en 2018, al menos defendía los intereses armenios, mientras que los hombres de Soros ‎son contrarios al concepto mismo de nación y, por consiguiente, a la independencia de su país. ‎

Se desata entonces en Armenia una serie de manifestaciones y dimisiones. El jefe del ‎estado mayor, el ministro de Exteriores y el ministro de Defensa renuncian a sus cargos… pero ‎no dimite el primer ministro, Nikol Pachinian. Jubiloso, el presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, ‎se burla del Consejo de Europa y del parlamento de la Unión Europea, se proclama victorioso y ‎anuncia la reconstrucción de los territorios recuperados en el Alto Karabaj [14]. ‎

Por su parte, los británicos van a obtener nuevos privilegios para British Petroleum y ya mueven ‎sus fichas para explotar las minas de oro de Azerbaiyán. ‎

 

Notas

[1] «¿Se convertirá el Alto Karabaj en la ‎tumba de Erdogan?‎» y «En el Alto Karabaj, la OTAN apoya ‎a Turquía pero busca eliminar ‎a Erdogan», por Thierry Meyssan, ‎‎Red Voltaire, 6 y 13 de octubre de 2020.

[2] The Great Game. ‎On Secret Service in High Asia, por Peter Hopkirk, John Murray (1990).

[3] Boris Johnson es autor de una biografía de Winston Churchill.

[4] “Boris Johnson ‎Statement to the House on the Integrated Review”, por Boris Johnson, ‎‎Voltaire Network, 19 de noviembre de 2020.

[5] ‎«El proyecto militar de Estados Unidos para el ‎mundo», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 22 ‎de ‎agosto ‎de 2017.‎

[6] «Gira británica sobre la Hermandad Musulmana», Red Voltaire, 17 de noviembre de 2020.

[7] “Larisa Minasyan: OSF-Armenia has supported and supports the velvet revolution ‎in the country”, Arm Info, March 5 2019.

[8] «George Soros, especulador y filántropo», ‎‎Red Voltaire, 3 de febrero de 2004.

[9] «4 000 yihadistas en el Alto Karabaj», Red Voltaire, 30 de septiembre de 2020.

[10] «Según el presidente turco Erdogan, ‎el magnate George Soros envió ‎a Armenia 2 000 mercenarios kurdos», Red Voltaire, 29 ‎de octubre de 2020.

[11] «Violación del tercer alto al fuego en el ‎Alto Karabaj», Red Voltaire, 28 de octubre ‎de 2020.

[12] Conferencia de prensa del jefe de estado mayor saliente, el general Movses ‎Hakobyan, Ereván, 19 de noviembre de 2020.

[13] «Declaración de los Presidentes de Azerbaiyán, de Armenia y de Rusia», ‎‎Red Voltaire, 9 de noviembre de 2020.

[14] “Ilham Aliyev’s ‎Victory Speech”, Voltaire Network, 20 de noviembre de 2020.

 

Fuente:

Thierry Meyssan / Red Voltaire — Victoria de Londres y Ankara en el Alto Karabaj, derrota para Soros y los armenios.

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