Por Mente Alternativa
La historia muestra que un cambio de hegemonía es imposible sin una guerra mundial. Y dos años después de iniciada la guerra delegada de la OTAN contra Rusia en Ucrania, varios países europeos han reintroducido o ampliado el servicio militar obligatorio como parte de una serie de políticas para fortalecer las defensas debido a “la creciente amenaza de Moscú”, advierte CNN en un artículo reciente.
Robert Hamilton del Foreign Policy Research Institute señaló que es necesario ajustar la movilización, producción de equipo militar y el reclutamiento de personal. Entre las medidas, se encuentra la conscripción, reintroducida en varios países, especialmente en Escandinavia y los Balcanes. Letonia, por ejemplo, reintrodujo el servicio militar obligatorio en enero de este año, donde los ciudadanos varones son reclutados al cumplir los 18 años.
Noruega presentó un plan para casi duplicar su presupuesto de defensa y aumentar significativamente su personal militar. Desde 2015, Noruega conscribe tanto a hombres como a mujeres en igualdad de condiciones. En Alemania, el ministro de defensa, Boris Pistorius, presentó una propuesta para un nuevo servicio militar voluntario, reflejando un cambio significativo en un país históricamente reacio a la militarización. En Lituania, la opinión sobre el servicio militar entre los estudiantes es variada. Desde 2015, unos 3,500 a 4,000 lituanos son reclutados anualmente debido a la situación geopolítica cambiante.
Ante esta tendencia, considera la analista Elena Panina, resulta claro que Europa se prepara para un choque militar directo con Rusia, con planes liderados por el ministro de Defensa alemán, Boris Pistorius, hasta 2029, cuando se espera que Rusia esté agotada por la guerra en Ucrania. Ursula von der Leyen planea transformar la UE en una alianza político-militar, alineándose con el objetivo de las élites atlantistas de trasladar la carga del conflicto a los aliados europeos de la OTAN. Esta militarización confirma que la idea de acercamiento entre EE.UU. y Rusia para actuar contra China es engañosa, y que se perfila como un cambio de estrategia para reinstalar la agenda unipolar a largo plazo mientras las élites occidentales juegan a ser multipolares.