Durante los últimos cuatro meses y medio, la Reserva Federal de Estados Unidos aumentó la cantidad de activos que tiene en su hoja de balance por una cantidad de $294.000 millones de dólares.
El año 2020 marcó la mayor expansión explosiva en la historia del país de las operaciones de la Reserva Federal para imprimir dinero inorgánico para comprar activos a los bancos insolventes en necesidad urgente de efectivo, y casi nada en absoluto de esos fondos creados ha sido para aumentar la economía productiva. En los meses de septiembre y noviembre de 2019 hubo un grave problema en el mercado de préstamos bancarios, cuando los bancos grandes se negaron a dar préstamos de un día para otro a sus colegas en problemas, lo cual era un indicio de que posiblemente algún fondo especulativo o incluso un gran banco pudiera estar en graves problemas de insolvencia, pero eso es algo que la Reserva Federal nunca le dirá al público estadounidense. Lo único evidente es que la Reserva inyectó una gran cantidad de dinero al sistema para impedir un “acontecimiento muy malo”.
Luego, en febrero de 2020, utilizó el pretexto de la crisis de la pandemia para inyectar más dinero. Cada vez que la Reserva hace una operación para comprar un activo, ya sea en manos de un banco o un fondo, imprime “dinero nuevo” (directo de la impresora de dinero) y se lo entrega como pago al propietario de ese activo que a veces no vale nada en el mercado. Entre el 24 de febrero y el 1º de junio, en unas 14 semanas, la Reserva aumentó la propiedad de activos que tiene en su hoja de balance, de $4,07 billones de dólares a $7,17 billones, un aumento de $3,1 billones. Compró valores de la Tesorería, valores respaldados con hipotecas (los que hicieron explosión en el crac de 2008), bonos corporativos, etc., y de ese modo apuntaló al mercado de bonos corporativos estadounidenses y el mercado de derivados financieros que estaban por los suelos, y todo tipo de papeles.
Hubo un período breve en que la Reserva redujo su tenencia de activo; pero desde el 27 de julio hasta el 3 de diciembre, empezó a echar a andar la imprenta de nuevo, para agregar $294.000 millones a su hoja de balance. Este período coincide con el programa anunciado por el Banco Central Europeo para imprimir dinero a gran escala (ver nota aparte). En contraste, la economía física del mundo se ha deteriorado bastante durante la última década, ya antes de la pandemia, y los activos del sistema financiero que dependen de esa base económica física, se deterioraron también. No se sabe exactamente qué tipo de activos (bonos corporativos, derivados financieros, bonos chatarra, etc.) es el que buscan rescatar, pero lo más probable es que algún banco o fondo de grandes dimensiones está en graves problemas para conseguir efectivo.
Evidencia: La crisis financiera inició en agosto de 2019, y no después del COVID-19
Fuente:
LaRouche PAC — La Reserva Federal de Estados Unidos aumentó otra vez su compra de activos a los bancos insolventes.
