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La política maltusiana del ‘Gran Reseteo’ está desintegrando a las economías ‘avanzadas’

Aunque hay una creciente oposición internacional al Gran Reseteo y al Nuevo Acuerdo Verde (Green New Deal), las políticas globalistas contra el crecimiento, que forman parte de un arco que se remonta a 1971, están infligiendo ahora un daño masivo a la economía física, especialmente a las naciones occidentales “desarrolladas”. Toda la gama de estafas especulativas, financiadas por los bancos centrales globales, cuando se combinan con el “libre comercio” y las políticas verdes, están generando hiperinflación y niveles insostenibles de deuda.

 

Executive Intelligence Review

28 de septiembre de 2021 — La política de los gobiernos de Estados Unidos y Europa desde la “crisis de los repos” de septiembre del 2019 y la propagación de la pandemia COVID desde marzo del 2020, la han dictado los mayores bancos centrales y los bancos y fondos de inversión de la City de Londres, Wall Street y Frankfurt. Ha consistido en combinar la impresión de dinero hiperinflacionaria para esos bancos y más deuda pública para los programas de “alivio de la pandemia”; con incentivos y presiones para el “traspaso de billones” a una burbuja de “finanzas verdes”, de inversión en energía eólica y solar. A pesar del derrumbe económico y del desempleo a gran escala, han excluido la inversión en nueva infraestructura productiva y en empleo productivo, mientras que aplican la etiqueta de “infraestructura” únicamente a la sustitución de tecnologías fiables de energía nuclear y de combustibles fósiles por “renovables” poco fiables.

Esta política de “carbono neto cero” es fundamentalmente maltusiana. Desde hace dos años se ha venido impulsando “desde arriba”, y ahora ya está provocando una desintegración físico-económica justo en las economías que son más necesarias para proporcionar bienes de capital para reconstruir las destrozadas economías de Afganistán tras la guerra y de Haití tras el abandono y la catástrofe natural, y del mundo en general.

Las economías europeas se han visto afectadas este verano y principios de otoño en virtud de que se ha duplicado el precio del gas natural, que sigue subiendo rápidamente a pesar del aumento de las compras a la compañía rusa Gazprom. El 27 de septiembre superó los $26 dólares por millón de BTU [unidad térmica británica] en Ámsterdam, que significa un aumento del 11% en el día. El aumento del precio está interrumpiendo el suministro de CO2 que necesitan los mataderos y los procesadores de alimentos, entre otros, y cerrando las plantas de fertilizantes. El precio del gas natural en Asia (de gas natural licuado) es aún más alto. En el Reino Unido, el precio del gas natural se ha cuadruplicado en el 2021. Los proveedores minoristas de electricidad y energía están cerrando. Las gasolineras mayoristas y minoristas están cerrando; la petrolera BP, por ejemplo, reconoció que 370 de sus 1.200 centros en Gran Bretaña estaban cerrados por no tener combustible durante este fin de semana. Gran Bretaña y algunos otros países europeos que han cerrado centrales eléctricas de carbón están intentando reabrirlas.

Pero el precio del carbón, bajo la orden de dejarlo varado, “en el suelo” y olvidado por los financieros ecologistas liderados por Mark Carney y sir Mike Bloomberg, ha subido entre un 65% y un 100% en Europa y Asia este año. Así que, China, cuya producción industrial y exportaciones han crecido rápidamente, ha tenido que ordenar repentinamente cortes de energía eléctrica a las empresas de aluminio, fibras químicas, textiles, etc., que hacen un uso intensivo de la electricidad; y esta semana, también a los hogares.

En Estados Unidos, el transporte de mercancías a nivel nacional se está colapsando. Más de 100 buques portacontenedores, desde los grandes hasta los enormes, llevan hasta un mes esperando en los puertos de la Costa Oeste, sin poder descargar. Una vez que llegan a puerto, el tiempo de espera para uno de estos buques es ahora de seis días en promedio. La tercera etapa de bloqueo se produce en los patios del ferrocarril que rodean los puertos, donde el tiempo promedio de almacenamiento de los contenedores descargados de los buques oscila entre 6 y 16 días, dependiendo del puerto. Esto suele ser sólo el retraso antes de un transporte ferroviario de corta distancia a un “depósito ferroviario” o centro de almacenamiento para la carga de camiones, ya que la gran mayoría de la carga sigue moviéndose a larga distancia por camión.

Debido a la frenética impresión de dinero de la Reserva Federal y al endeudamiento del Tesoro, los estadounidenses cuya renta disponible ha aumentado realmente durante el colapso económico, han comprado enormes cantidades de los bienes de consumo producidos o ensamblados finalmente en China. Esto ha sobrecargado la inadecuada infraestructura ferroviaria y portuaria que ha provocado estos trastornos, y que a su vez ha causado escasez de todo tipo de productos, desde madera hasta piezas de automóviles, pasando por máquinas-herramienta y bienes de consumo, y, por tanto, más inflación. Bloomberg citó el 26 de septiembre a un directivo de la naviera Hapag-Lloyd quien dice que esta situación de trastorno durará “al menos hasta finales de año”.

Se prevé que la escasez internacional de chips semiconductores durará al menos hasta finales del próximo año 2022, y es posible que siga empeorando. La señal más clara es que las ventas de coches nuevos en Estados Unidos han caído desde la normalidad reciente de 16 a 17 millones/año, hasta los 12 millones previstos en el 2021 debido a la falta de coches nuevos para vender, y a la fuerte inflación en el precio de los coches usados.

Las presiones hiperinflacionarias y la escasez continuarán, y empeorarán, hasta que la mayoría de los ciudadanos de estas naciones “avanzadas” vean la realidad de que las políticas “verdes” se apresuran hacia una reducción maltusiana de la población. La solución, rechazada durante tanto tiempo, son las nuevas misiones de empleo productivo y el desarrollo económico y de infraestructuras de las naciones subdesarrolladas. Afganistán debe ser reconstruido; se debe desarrollar urgentemente a Haití. Esa es la estrategia del Instituto Schiller.

 

Robert Ingraham: El ‘Gran Reseteo’ del Imperio Británico

 

 

Fuentes:

Harley Schlanger, en The LaRouche Organization: Great Reset, Green New Deal Already Destroying Economies.

Executive Intelligence Review: La política maltusiana del “Gran Reajuste” está desintegrando a las economías “avanzadas”.

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