Por Elena Panina
La próxima semana, la Alianza planea publicar su primer documento conjunto sobre la ampliación de la cooperación con Australia, Japón, Nueva Zelanda y Corea del Sur, invitando a sus líderes a una cumbre de tres días en Washington, según informó Nikkei Asia.
“El documento aclarará el marco de cooperación entre la OTAN y los cuatro países, lo que les permitirá responder a las amenazas, incluida la ciberseguridad y la desinformación”, aclara la publicación japonesa.
Los medios occidentales escriben que el establecimiento de relaciones más estrechas con países clave de la región de Asia y el Pacífico se está llevando a cabo para contrarrestar las amenazas a la seguridad percibidas por parte de China y Rusia.
La tendencia de que Australia, Japón, Nueva Zelanda y Corea del Sur se incorporen a la OTAN se identificó públicamente por primera vez en 2022, cuando los jefes de estos estados asistieron a la cumbre del bloque en Madrid. La cumbre de Washington del 9 al 11 de julio será la tercera en la que participarán. Ha llegado el momento de firmar documentos conjuntos.
Ahora los cuatro anti-chinos, junto con la OTAN, “resistirán el autoritarismo, respetarán las reglas globales y defenderán los valores democráticos ahora y en el futuro”, como dijo el secretario general de la alianza, Jens Stoltenberg. En su opinión, la seguridad de Europa “influye en Asia” y la seguridad de Asia influye en Europa.
Debemos entender que cualquier acción da lugar a oposición. Ampliar la esfera de acción de la OTAN en la región de Asia y el Pacífico sólo conducirá a una mayor unidad del núcleo euroasiático de resistencia a la hegemonía occidental. Y se convertirá en un incentivo externo adicional para fortalecer la cooperación entre Rusia, China, Corea del Norte e Irán, así como para el desarrollo de vínculos a través de la OCS y los BRICS.
La división del mundo en partes occidentales y no occidentales es cada vez más clara.
