A medida que la influencia de Estados Unidos y Europa disminuye ante una nueva realidad geopolítica, su progenie de la Guerra Fría, la OTAN, busca redefinirse como un jugador global. El problema es que la OTAN no es capaz de pisar el campo.
Durante una presentación en video esta semana patrocinada por el Consejo Atlántico y el Fondo Alemán Marshall de los Estados Unidos, el Secretario General de la OTAN, Jens Stoltenberg, dijo a una audiencia atenta que si bien la alianza “no ve a China como el nuevo enemigo”, debe estar preparada para responder a la creciente fuerza militar y económica de ese país. Destacó la mayor cooperación de China con Rusia como una “consecuencia de seguridad para los aliados de la OTAN”.
Launching his #NATO2030 reflection on strengthening the Alliance in an increasingly competitive world, @JenStoltenberg says "COVID-19 has changed our lives in ways we could barely imagine… and magnified existing trends"—from Russia & ISIL to disinformation & the rise of China. pic.twitter.com/T4Icupgp10
— Atlantic Council (@AtlanticCouncil) June 8, 2020
Fuente:
Scott Ritter / Global Research — NATO’s Call on ‘Like-minded Nations’ to Stand Up to the Rise of China Is Just a Desperate Bid for Global Relevance.