Por Executive Intelligence Review
Dos artículos publicados la semana pasada por conocidos bastiones del imperialismo británico deberían sacudirte hasta el tuétano.
Primero: La propuesta del subdirector general del Real Instituto de Servicios Unidos (RUSI, por sus siglas en inglés) Malcolm Chalmers, de que una confrontación nuclear cara a cara entre Estados Unidos y Rusia (una “crisis de los misiles cubanos con esteroides” en torno a Crimea) podría hacer “más fácil” resolver la guerra entre Rusia y Ucrania.
Chalmers plantea cómo puede producirse ese enfrentamiento. Sugiere que Ucrania, envalentonada por la estrategia de la OTAN de “hervir al sapo ruso”, entregando armas cada vez más sofisticadas en cantidades cada vez mayores a ese país, podría moverse para recuperar Crimea como lo ha deseado desde 2014. Rusia podría considerar eso como una amenaza existencial, y empujar a Vladimir Putin a poner las fuerzas nucleares rusas en alerta máxima y amenazar con utilizarlas. “Sería un momento de extremo peligro”, reconoce Chalmers, pero “precisamente por el peligro inherente a una situación así, una crisis nuclear de este tipo podría facilitar a los mandatarios hacer arreglos difíciles”.
¿No crees que ningún político responsable pueda estar tan loco? Lee tú mismo el artículo de Chalmers del 20 de mayo, titulado “This War Still Presents Nuclear Risks—Especially in Relation to Crimea” (Esta guerra presenta todavía riesgos nucleares; en especial con relación a Crimea). Al leerlo, considera el hecho de que el RUSI, como se le conoce al Real Instituto, ha sido el principal centro de planificación de la corona británica en materia de defensa desde su fundación en 1831 por el duque de Wellington. No se trata de una entidad marginal al que nadie le hace caso. El RUSI se jacta de que “ha estado en el centro de la formulación de programas y políticas y del pensamiento sobre la defensa y la seguridad desde el ascenso del imperio británico hasta su transformación y disolución [sic] a través de las dos Guerras Mundiales y la Guerra Fría”. (rusi. org/explore-our-research/publications/commentary/war-still-presents-nuclear-risks-especially-relation-crimea).
Seis días antes, la Sociedad Henry Jackson de Londres publicó un informe en el que se plantea una estrategia para utilizar la infame alianza de los “Cinco Ojos” (los cinco países angloparlantes: Reino Unido, Estados Unidos, Canadá, Australia y Nueva Zelanda) como instrumento para forzar el desacoplamiento económico de Occidente con China. Este organismo neoconservador rabiosamente antirruso y antichino, lo dirige la inteligencia británica, a través entre otros, del ex jefe del MI6, sir Richard Dearlove (famoso por el “Rusiagate”) que fue uno de los fundadores de la Sociedad Henry Jackson (SHJ) y es uno de sus directores en la actualidad.
El intento de desacoplar a China del sistema internacional, podría detonar, incluso antes de consumarse, una “bomba nuclear económica” sobre la economía mundial. China no solo es la mayor potencia comercial del mundo. Actualmente genera el mayor ritmo de desarrollo científico-tecnológico del planeta, y es una potencia productiva que necesitan urgentemente las naciones del sector en desarrollo y las naciones occidentales para sobrevivir.
También podría resultar una guerra nuclear real. Parte de la estrategia de la SHJ consiste en estrechar los lazos con Taiwán, de tal modo que conduzca a su separación de China. China dejado muy claro que responderá con una fuerza militar abrumadora a cualquier intento de separar a Taiwán de la nación de China. Se trata de una propuesta tan peligrosa como la de una Ucrania respaldada por la OTAN que se moviliza para recuperar Crimea.
El Presidente Joe Biden está defendiendo precisamente estas estratégicas británicas en su actual gira por Asia. Después de celebrar la expansión de la OTAN, Biden va a desvelar un grandioso “Marco Económico Indo-Pacífico” (IPEF, por sus siglas en inglés) durante su parada en Japón como punto culminante de su gira. El Asesor de Seguridad Nacional, Jake Sullivan, declaró sin rodeos el miércoles 18 de mayo que el mensaje del IPEF es que “las democracias y las sociedades abiertas del mundo se unen para forjar las reglas del camino… Creemos que ese mensaje se escuchará en todas partes. Pensamos que se escuchará en Pekín”. Ya cincuenta y dos senadores estadounidenses de ambos partidos enviaron a Biden un mensaje con las instrucciones de que Taiwán se incorpore como uno de los “países” que participen en el IPEF.
Esto es una locura y se tiene que parar. Hace tres meses, la fundadora del Instituto Schiller, Helga Zepp-LaRouche propuso la única alternativa viable a la destrucción nuclear económica y militar: la convocatoria de una conferencia internacional en la que todas las naciones del mundo se reúnan como iguales para llegar a un acuerdo sobre los principios que fundamenten una nueva arquitectura internacional de seguridad y desarrollo para garantizar la paz, del mismo modo en que los Tratados de Westfalia terminaron los 100 años de guerra en 1648. Los días 18 y 19 de junio, el Instituto Schiller celebrará otra de las conferencias que ha organizado para que personas de todo el mundo analicen en conjunto cómo hacer realidad este sistema de Westfalia ahora.
El difunto esposo de Helga Zepp-LaRouche, el estadista estadounidense Lyndon LaRouche promovió esto desde tiempo atrás. En una videoconferencia del 6 de septiembre de 2006 explicó por qué “no hay alternativa a una paz westfaliana”:
“El hombre no es animal. Por ende, el interés fundamental del hombre reside en ese tipo de comportamiento que no es el de un animal: el comportamiento de crear algo. La búsqueda de la inmortalidad. La búsqueda de la elevación por encima de la bestialidad. La búsqueda del progreso y el beneficio. Por lo tanto, lo que le das a la gente es el beneficio de mejorarse a sí misma. Fomentas su mejora, su autosuperación, y esa es la base de tu acuerdo.
“La alternativa a un enfoque westfaliano es un enfoque hobbesiano, que conduce a un conflicto eterno… Westfalia funcionó por una razón: por un liderazgo, una iniciativa, para poner fin a una guerra que nadie podía terminar…
“Hemos llegado a un período de la historia: ¡miren, estamos en el fin de la guerra! ¡Ya no se puede hacer la guerra en este planeta! Puede que tengas que defenderte de manera bélica, ¡pero no utilizas la guerra como instrumento de política! Que es lo que están haciendo los británicos y Estados Unidos: ¡el empleo de la guerra como una cuestión de política!
“¿Puede la pura destrucción, que es el único modo de guerra que es posible ahora, puede ser eso fuente de triunfo, fuente de un interés victorioso? Nunca podrá serlo. Por lo tanto, la única política, es la política del interés muto, la política de Westfalia.
“El programa westfaliano es una cuestión de la ley moral natural…”.
Fuente:
Executive Intelligence Review: La monarquía británica publicó su estrategia: llevar a Rusia al borde de la guerra nuclear por Crimea; guerra de “desacoplamiento” contra China. Editorial EIR 24 mayo 2022.