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La mayor quiebra de un banco estadounidense desde la quiebra de WaMu en 2008, y otros dos más

Por EIRNS

El Departamento del Tesoro de Estados Unidos emitió un comunicado alrededor de las 2:00 pm del viernes 10 de marzo: “La secretaria del Tesoro, Janet L. Yellen, convocó hoy a los directivos de Reserva Federal, la Corporación Federal de Seguros de los Depósitos (FDIC, por sus siglas en inglés), y la Oficina del Contralor de la Moneda, para discutir los acontecimientos en torno a Silicon Valley Bank. La secretaria Yellen expresó su plena confianza en los reguladores bancarios para tomar las medidas adecuadas en respuesta y señaló que el sistema bancario sigue siendo resistente y los reguladores bancarios tienen herramientas eficaces para hacer frente a este tipo de eventos”.

La Reserva Federal está elevando las tasas de interés, e indicó que seguirán subiendo más: Normalmente, tasas de interés más altas es bueno para los bancos, sin embargo, los bancos están quebrando. Quizá esta sea la última oportunidad que tenga el Congreso para promulgar de nuevo la Ley Glass-Steagall (con la que Franklin Roosevelt reorganizó el sistema después de la crisis de la década de 1930) para separar la banca comercial de la llamada “banca de inversión”, antes de que ésta lleve a la quiebra a toda la banca.

El banco Silvergate Capital Corp. de San Diego, California, un banco pequeño con unos $14.000 millones de dólares en activos, también se fue a la quiebra el miércoles 8, y está en proceso de liquidación. Silvergate se había convertido en un banco dominado por la criptomoneda en cuanto a sus depósitos y préstamos.

La FDIC cerró al Silicon Valley Bank, de Santa Clara, California, el viernes 10 de marzo; la FDIC resolverá que hacer con el banco este fin de semana. Este banco tenía $212.000 millones de dólares en activos, y estaba entre los 20 bancos principales con sede en Estados Unidos; su quiebra fue la mayor quiebra bancaria en Estados Unidos desde la quiebra de Washington Mutual ($328.000 millones en activos) en el fatídico mes de septiembre de 2008.

Silicon Valley Bank es (o era) un banco en el que la mayoría de los depositantes son empresas tecnologías emergentes que depositan allí sus préstamos de capital de riesgo; y debido al “desvanecimiento tecnológico” (como le llaman) que está en marcha, con despidos en masa y recortes, estas empresas emergentes no están recibiendo más capital de riesgo y están gastando el que tienen, es decir, retirando los depósitos del SVB, como se conoce el banco. Esta semana, además, se produjo una corrida de miedo contra el banco (impulsada en parte por el inversionista Peter Thiel) por parte de esos depositantes, y su capitalización bursátil casi desapareció. SVB hizo un último intento infructuoso de venderse, aunque es posible que la FDIC venda muchos de sus activos a otro banco grande el próximo lunes 13.

Ahora un tercer banco, el Signature Bank de Nueva York, con $110.000 millones de dólares en activos a fines de 2022, está sufriendo un desplome en el valor de sus acciones y también en el valor de sus bonos, a menos de 60 centavos por dólar. Este es otro banco con muchos depósitos en criptomonedas.

La secretaria Yellen había dicho en una audiencia ante la Comisión de Medios y Arbitrios de la Cámara de Representantes el viernes pasado, que “hay acontecimientos recientes que preocupan a unos cuantos bancos que estoy vigilando muy de cerca y cuando los bancos experimenta pérdidas financieras, es y debe ser motivo de preocupación”.

Hay una causa común posible. Las tasas de interés de los bonos del Tesoro estadounidense a uno y dos años, han subido de forma anómala, alrededor del 5%, mucho más que las letras del Tesoro a 10 años (alrededor del 4%) y que los fondos federales (a un día) de la Reserva Federal, que andan entre 4,5% y el 4,75%. Este es el resultado de la política explícita de la Reserva Federal de aumentar las tasas de interés, con el argumento (totalmente sin pruebas) de que se trata de controlar la inflación; mientras tanto, la economía entra en una recesióne. Así que los bancos de inversión de Wall Street y los inversionitas solo quieren lo de corto plazo para especular. En consecuencia, en primer lugar se están vendiendo los bonos de los bancos y los depósitos se están utilizando para comprar en su lugar bonos del Tesoro a corto plazo. Y lo que es peor, los bancos se ven forzados a tener que asumir las “pérdidas no realizadas” en las letras del Tesoro de largo plazo y otros valores que tienen en su capital como activos. Esto fue lo que parece que acabó con el SVB, que tuvo que vender algunos de esos activos y asumir las “pérdidas no realizadas” que acabaron con su capital, en un intento de conseguir liquidez.

Un indicio de esta anomalía en las tasas de interés, es que los bonos del Tesoro cayeron el viernes: los de dos años, cayeron de 5,01% a 4,58%; las letras a 10 años cayeron del 3,99% a 3,70%. Esto quiere decir que más fondos se fueron a los “refugios seguros” del Tesoro, luego que oyeron el ruido de los bancos en quiebra.

Ahora el Congreso está por discutir el “techo de la deuda” pública, para aprobar o no el presupuesto federal para el año próximo; eso pone en duda esos “refugios seguros”, si se deja caer en “incumplimiento” al gobierno. Como es costumbre, se genera un ambiente de “crisis” que generalmente se resuelve a última hora. Lo más cómico, es la propaganda que promueven los analistas bancarios, que cambiaron su visión de la noche a la mañana, y ahora sostienen que la Reserva Federal probablemente recortará las tasas de interés para el otoño, a pesar de que el presidente de la Reserva, Jerome Powell, acaba de decir dos veces que las tasas seguirán creciendo y más rápido hasta que se “enfríe” el “calentamiento” del mercado de trabajo (que hayan más despidos para recortar el consumo, a fin de reducir la inflación, según Powell). Esos analistas más bien exhiben el pánico que cunde con el aumento de las tasas de interés que van a causar una recesión más profunda.

Ahora, estas apuestas de si las tasas van a subir o bajar, es un asunto de mucho mayor riesgo, porque el 85% de todas las apuestas en derivados financieros son sobre las tasas de interés. Y se trata de un mercado de dos billones (millones de millones) de dólares. Eso sí sería una explosión de billones de kilotones.

 

La Reserva Federal quiere estrangular a la mayoría global: El verdadero efecto dominó es la incesante subida a los tipos de interés

 

Fuente:

EIRNS: La mayor quiebra de un banco estadounidense desde la quiebra de WaMu en 2008, y otros dos más.

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