Por Mente Alternativa
En una nota publicada por EIR, Rick Sanders explica cómo, hasta 2022, el gobierno de Nueva Zelanda se mostraba satisfecho con el alto porcentaje de energía verde en su consumo: la energía geotérmica (18%) y la hidroeléctrica (60%) representaban el 78% de su electricidad, con tal delirio que desmantelaron 600 MW de capacidad de plantas de gas.
Sin embargo, solo dos años después, los precios mayoristas de la electricidad se han disparado, alcanzando hasta NZ$1,000 por MWh. El ministro de Energía, Simeon Brown, señaló que el país enfrenta una escasez energética debido a los bajos niveles en los lagos, la falta de sol y viento, y una oferta insuficiente de gas natural.
Por otro lado, en una nota publicada el 26 de agosto en el periódico británico The Daily Telegraph, Joe Pinkstone se queja de que el platillo más popular de Gran Bretaña, el pescado con patatas fritas, ha subido de precio un 50% en los últimos años.
Según datos del gobierno citados por Pinkstone, esto se debe al cambio climático dizque antropogénico y a la guerra en Ucrania, aunque omite mencionar que esta ha sido manufacturada, impulsada y financiada por el Reino Unido en su desesperación por anular a Rusia y la integración euroasiática, y frenar el surgimiento de un mundo multipolar.
Lo único cierto es que, mientras los británicos sigan creyendo que el clima y Rusia son los culpables del encarecimiento de su gastronomía y nivel de vida, seguirán viviendo bajo el yugo de una aristocracia de embusteros maltusianos.
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