Por Mente Alternativa
Israel e Irán enfrentan dificultades para equilibrar las presiones de sus líderes más radicales y las percepciones públicas en un conflicto que continúa escalando. Tras ataques mutuos en una serie de represalias desde la primavera, Israel lanzó un ataque limitado contra Irán el pasado viernes, evitando infraestructura crítica como reactores nucleares y refinerías. Sin embargo, según informes, destruyó defensas aéreas alrededor, dejando a Irán vulnerable a futuros ataques si decide responder.
A pesar de las bajas de cuatro soldados iraníes, Israel intentó reducir tensiones al advertir a Irán de su ataque mediante intermediarios. No obstante, Irán reafirmó su derecho a responder, mientras reportes sugieren que podría utilizar aliados regionales para su represalia. La presencia del sistema de defensa antimisiles THAAD de EE.UU. en Israel busca disuadir a Irán de una respuesta masiva que podría atraer intervención directa de Estados Unidos.
Ambos países parecen reconocer que una confrontación abierta pondría a prueba su capacidad de destrucción mutua, por lo que mantienen represalias limitadas como válvulas de presión. Sin embargo, sus sectores radicales siguen presionando para escalar el conflicto. Lo relevante es que tanto EE.UU. como Rusia desean evitar que Israel e Irán crucen líneas que podrían desestabilizar aún más la región, mientras que el Reino Unido continúa impulsando escaladas tanto en Oriente Medio como en Ucrania.