No sólo ocurre en el extranjero. Los productos orgánicos falsos también se cultivan en los EE.UU., y el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) no está haciendo nada al respecto. Un agricultor de Missouri ha sido acusado de estafar a compañías de alimentos y consumidores al comercializar falsamente más de $140 millones en maíz, soja y trigo como productos orgánicos. Los observadores han calificado la escala de este fraude de “asombrosa” y probablemente el caso más grande de su tipo que involucre a los agricultores estadounidenses. El nivel de engaño en la industria orgánica ha alcanzado proporciones epidémicas: un estudio de USDA encontró que el 40% de todos los alimentos orgánicos vendidos en los EE.UU. dieron positivo a pesticidas prohibidos. Esto es indignante, pero lo más lamentable es que el USDA no ha mostrado interés para solucionar esta situación.
El plan de larga duración comenzó en 2004, cuando Randy Constant, un hombre de Missouri, presuntamente reclutó a tres agricultores de Nebraska para que le suministraran cultivos. Los agricultores de Nebraska hicieron la vista gorda ante la falsa comercialización de Constant debido a los altos precios que sus cultivos estaban obteniendo. Los agricultores de Nebraska se declararon culpables en octubre pasado.
Este episodio pone de relieve que el USDA, quien es responsable de garantizar la integridad de la etiqueta orgánica, es absolutamente inepto. En primer lugar, tuvimos una inundación de sustancias orgánicas falsas desde el extranjero. Nos dijeron que el problema era con los certificadores extranjeros y que una mayor supervisión de la cadena de suministro reduciría el fraude. Pero ahora parece que el problema es mucho más profundo, y el USDA simplemente carece de la voluntad para hacer cumplir la ley. ¿De qué otra manera podría ocurrir un fraude a gran escala en suelo estadounidense en el transcurso de una década?
De hecho, ni siquiera el USDA descubrió el fraude; según informes, un comprador lo detectó después de que el grano que compró diera positivo en una prueba de alimentos modificados genéticamente.
No sabemos exactamente dónde se rompió el proceso de supervisión. El USDA no realiza inspecciones de productores orgánicos; eso se supone que debe ser atendido por certificadores orgánicos de terceros acreditados por el USDA. Los agricultores envían un plan de sistema orgánico a un certificador, describiendo los métodos utilizados en la granja para producir cultivos orgánicos. Los certificadores revisan el plan y, si se aprueban, deben realizar inspecciones anuales que pueden incluir pruebas de residuos para garantizar que los cultivos orgánicos no entren en contacto con sustancias prohibidas. A juzgar por el fraude proveniente del extranjero de certificadores como ETKO, parece probable que estos certificadores orgánicos de terceros también estén involucrados en el fraude.
¿Qué significa el sello orgánico del USDA si el juego se puede manipular tan fácilmente? ¿Cuántos más agricultores o empresas están capitalizando de manera similar la prima de los cultivos orgánicos sin cumplir con los estándares orgánicos? ¿Le importa al USDA?
Exiga a USDA que tome las medidas necesarias para combatir el fraude orgánico.
Fuente:
Alliance for Natural Health USA — America’s Fraudulent Organics Industry.
