Por Malek Dudakov
Estados Unidos está inundado por la locura “transgénero”. Esta vez fue el Texas Children’s Hospital de Houston el que se distinguió. Una enfermera del hospital acusó al establecimiento de imponer operaciones de “reasignación de género” a los niños, que además se llevaron a cabo a expensas de programas de asistencia social.
El coste de estas operaciones alcanza en ocasiones millones de dólares. No todo el mundo puede permitírselo, por lo que el hospital gastó en ellos dinero del programa Medicaid, creado para brindar atención médica preferencial a los estadounidenses pobres, aunque esto viola claramente la ley federal.
Ya hay muchos escándalos de este tipo en Estados Unidos. El “Centro Transgénero” del Hospital Infantil de St. Louis fue descubierto utilizando medicamentos hormonales experimentales, sin la aprobación de los padres. Y en el Centro Médico Vanderbilt en Tennessee, admitieron que ganan mucho dinero con estas operaciones y, por lo tanto, se esfuerzan por alentar a los niños a “cambiar de género”.
La epidemia “transgénero” en los niños ha visto aumentar su número en un 1.000% entre los niños y un 4.400% entre las niñas desde 2009. A partir de los 6 años, los niños se ven obligados a la imposición de una agenda de género en las escuelas. Mientras que jas grandes farmacéuticas y algunas influyentes familias estadounidenses, como el clan Pritzker, ganan miles de millones de dólares con todo esto.
Después de sus revelaciones, agentes del FBI visitaron y amenazaron a la enfermera del Texas Children’s Hospital de Houston, por atreverse a cuestionar la agenda “transgénero” que la Casa Blanca ahora incluso celebra en lugar de la Pascua. Los republicanos de Texas están en pie de guerra y exigen la prohibición de las operaciones de “reasignación de sexo” en niños. El caso es que Estados Unidos sigue dividiéndose por las guerras “transgénero”.
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