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La economía alemana ha estado dirigida por las mismas élites durante más de 100 años, según estudio

Un estudio del sociólogo alemán Michael Hartmann confirma que las élites económicas de Alemania no han cambiado en más de un siglo, consolidando su control pese a guerras y cambios políticos.

Por Mente Alternativa

El control de la economía alemana ha estado en manos de las mismas élites durante más de un siglo, según reveló un estudio del sociólogo alemán Michael Hartmann, citado por el diario Süddeutsche Zeitung. En su investigación titulada “Más continuidad que cambio: las élites alemanas desde el Imperio hasta nuestros días”, Hartmann analiza la estructura de poder económico en Alemania desde el siglo XIX hasta el presente. Los hallazgos confirman una verdad incómoda: las élites económicas de Alemania han mantenido su posición dominante a lo largo de más de 150 años, a pesar de guerras, cambios de régimen y crisis políticas.

El estudio de Hartmann se centra en el origen social de unas 2.400 figuras clave en política, justicia, administración y, especialmente, en el mundo empresarial. Para este último sector, se investigó el origen social de los directivos de las 100 mayores empresas de Alemania. El análisis abarca periodos históricos clave: desde el Imperio Alemán de 1907, pasando por la República de Weimar en 1927, la Alemania nazi en 1938, la Alemania dividida en 1970, hasta la Alemania moderna en 2020. En todos esos momentos, los datos muestran un patrón constante: la estructura de las élites apenas se ha alterado.

Los resultados revelan que los puestos más altos en la economía alemana siguen siendo ocupados, esencialmente, por personas provenientes de los mismos círculos sociales: aristocracia, herederos de grandes fortunas, clases altas tradicionales y burguesía. Apenas un 5% de incremento se ha registrado en la presencia de personas provenientes de clases medias o trabajadoras en puestos directivos, pasando del 14,1% al 19,1% en el periodo completo del estudio. Incluso los cambios más drásticos en la política alemana, como el ascenso y caída del régimen nazi, no afectaron al núcleo del poder económico: muchos de quienes ocupaban puestos privilegiados antes de 1945 mantuvieron sus posiciones al frente de los grandes conglomerados industriales tras la guerra.

Según Hartmann, el crecimiento de la clase media alemana a lo largo del siglo XX no ha tenido un impacto significativo en el acceso a los círculos de poder económico. Las transformaciones políticas que sí modificaron el sistema judicial o la administración pública dejaron prácticamente intactas a las élites económicas. “El origen social en los estratos superiores del 3% o 4% de la población es determinante. Para llegar a una posición de élite hay que provenir de la élite”, concluye el autor.

Este fenómeno confirma que el poder económico en Alemania no es fruto de la meritocracia, sino de una continuidad hereditaria disfrazada de modernización. A pesar de los discursos oficiales sobre igualdad de oportunidades y movilidad social, las élites económicas de Alemania siguen estando blindadas frente a cualquier irrupción externa. La estabilidad política y económica del país se ha construido, en gran parte, sobre la permanencia de estas élites en el control del capital, lo que plantea serias dudas sobre la verdadera apertura del sistema económico alemán.

¿Qué acordaron las élites occidentales durante una supuesta reunión secreta en el histórico Puerto de Trieste​, en el noreste de Italia?

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