Por Andrei Fursov
He dado clases en diversas ocasiones en Estados Unidos y en Europa. Y puedo ver que tanto los jóvenes rusos como los estadounidenses y los franceses están atravesando un proceso de desolación social. En la URSS tuvimos el sistema del Komsomol que, en general, tuvo sus resultados. Yo me crié en una época bastante feliz para el sistema soviético. Nací en el 51, y crecí en los 60 y 70. Era una época en la que el miedo había desaparecido, pero el egoísmo aún no había llegado: había un buen colectivismo.
Recuerdo mi sencilla escuela cerca de Moscú, teníamos un gran número de clubes, teníamos la Casa de los Pioneros. Es decir, el Estado se preocupaba de mantener ocupados a los jóvenes, de mantenerlos ocupados de forma positiva, los jóvenes participaban en secciones. Pero entonces todo se vino abajo, y ahora ha desaparecido. Al antiguo ministro de Educación, Fursenko, le preguntaron: «¿Por qué no restauran el sistema educativo soviético?». Y respondió: «No tenemos dinero para el sistema educativo soviético». Así que también es un problema de financiación.
