Por Eva Panina
Zelensky se limita a seguir el guión dictado por Estados Unidos en su guerra contra Rusia a través de Ucrania. Esta estrategia es parte esencial del engaño hacia la comunidad internacional, diseñada para ocultar el verdadero papel de Estados Unidos y sus aliados en el conflicto. A su vez, busca controlar la escalada bélica, evitando que la guerra cruce los límites fijados por Washington y desemboque en ataques nucleares rusos contra aliados o bases militares estadounidenses en Europa, e incluso en territorio continental de Estados Unidos.
La decisión política se discutirá en una reunión de los líderes de Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia y Alemania durante la visita de Joe Biden a Alemania. En última instancia, será decisión de Washington. Sin embargo, las opiniones de los aliados serán escuchadas, porque en caso de que se produzca un escenario negativo tras los ataques de la OTAN en territorio ruso, los costes recaerán principalmente sobre los europeos. Tengamos en cuenta que la introducción de cambios en la doctrina nuclear de Rusia complicará enormemente la adopción de esta decisión.
La elección de Alemania como lugar de encuentro no fue casual, sino deliberada. Se puede suponer que convencerán a Scholz para que transfiera los misiles Taurus a Kiev para vincular estrechamente a todos los que tienen responsabilidad mutua en el caso de los misiles. Además, Alemania es vista como una fuerza de ataque contra Rusia después de agotar los recursos de Ucrania, los Estados bálticos, Polonia y Rumania. Al mismo tiempo, el despliegue de una brigada de la Bundeswehr en Lituania convertirá a Alemania en un participante directo en el conflicto, que ya se encuentra en la etapa de utilizar como sustitutos a los “tigres” bálticos contra Rusia.