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La COP27 terminó en FIASCOP27; se fortalece el empuje del liderazgo por un nuevo marco económico y de paz

Se escucha el aire que escapa del globo verde. Muchas naciones del Sur Global que hicieron presencia afirmaron sus derechos al desarrollo soberano y al cuidado de sus poblaciones, que junto con las actividades vienen desarrollando los países del BRICS, la Unión Económica Euroasiática, China y otros, contrarrestan las narrativas de la ciencia falsa de la serie de las Conferencias de la ONU sobre el Cambio Climático (las COP) y el acoso abusivo de las redes verdes imperialistas. Lo que ratificó la COP27 más bien fue el concepto de establecer un fondo para ayudar a las naciones más pobres a sufragar “las pérdidas y daños” debidos al cambio climático, y ayudar a mitigar y adaptarse al cambio climático. (En el mejor de los casos, la “adaptación” puede significar la construcción de una presa si se vive en una zona proclive a las inundaciones). A esto se opusieron con vehemencia Londres, Washington y Bruselas, sede de donde salen las órdenes del orden basado en reglas verdes y de la OTAN Global.

 

 

Por EIRNS

22 de noviembre de 2022 (EIRNS) — La COP27 concluyó el domingo 20 de noviembre como el FIASCOP27. Formalmente, la declaración conjunta puede haber salvado alguna pretensión de continuidad de la sucia operación que lleva 3 años (iniciada con la Cumbre de la Tierra en Río de Janeiro en 1992), pero nada más. Se escucha el aire que escapa del globo verde.

Muchas naciones del Sur Global que hicieron presencia afirmaron sus derechos al desarrollo soberano y al cuidado de sus poblaciones, que junto con las actividades vienen desarrollando los países del BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), la Unión Económica Euroasiática, China y otros, contrarrestan las narrativas de la ciencia falsa de la serie de las Conferencias de la ONU sobre el Cambio Climático (las COP) y el acoso abusivo de las redes verdes imperialistas. Como dijo un portavoz africano sobre los dictados y dictadores verdes: “Ellos beben vino y nos dicen que bebamos agua”. Ya no.

La declaración conjunta de la COP27 no tuvo los habituales plazos y compromisos para reducir las emisiones de gas con efecto invernadero y provocar la despoblación, y tuvo bastante menos palabrería. Esto lo lamentó el mismo domingo 20 el que fue presidente de la COP26 en Glasgow, el parlamentario conservador británico Alok Sharma, quién cuestionó, “¿dónde está el seguimiento claro para la eliminación del carbón? No está en este texto. ¿Compromiso claro para eliminar todos los combustibles fósiles? No está en este texto”, y así sucesivamente.

Más aún, lo que ratificó la COP27 más bien fue el concepto de establecer un fondo para ayudar a las naciones más pobres a sufragar “las pérdidas y daños” debidos al cambio climático, y ayudar a mitigar y adaptarse al cambio climático. (En el mejor de los casos, la “adaptación” puede significar la construcción de una presa si se vive en una zona proclive a las inundaciones).

A esto se opusieron con vehemencia Londres, Washington y Bruselas, sede de donde salen las órdenes del orden basado en reglas verdes y de la OTAN Global. Pero la marea se ha vuelto en su contra. Por ejemplo, el 15 de noviembre, los enviados para política climática de las naciones del BRICS emitieron una declaración conjunta a favor del concepto de un fondo de “pérdidas y daños”. Plantean “avances substanciales hacia el establecimiento de un mecanismo financiero para pérdidas y daños…”.

Al final, Estados Unidos cedió, ante está muestra de liderazgo, y dejó de oponerse a la ley de “pérdidas y daños”. Quizás fue un presagio que el principal enviado de Estados Unidos para la Acción Climática, John Kerry, contrajera el COVID-19 en la COP27. En cuanto al financiamiento del fondo, claro, nadie supone que se vaya a cumplir el compromiso. Pero esa no es la cuestión.

Lo que refleja este episodio de la COP27 es otro indicio del creciente cambio de liderazgo en el mundo hacia el ejercicio de la cordura. El Presidente de Uganda, Yoweri Museveni, tuiteó en un momento del proceso: “es una bancarrota moral que los europeos esperen tomar los combustibles fósiles de África para su producción de energía, pero se nieguen a consentir que los africanos utilicen esos mismos combustibles para la suya”.

No hay tiempo que perder. El peligro de desencadenar una guerra nuclear sigue en alta tensión. Durante el fin de semana, Ucrania volvió a bombardear la central nuclear de Zaporiyia. Eso es bastante malo en sí, pero consideren la locura de las dos declaraciones emitidas por Raphael Grossi, el director general del Organismo Internacional de Energía Atómica. Primero, salió con la estricta narrativa basada en reglas, que Ucrania no puede haber hecho nada malo: “Caramba, me pregunto quién pudo haber hecho este bombardeo, y ¿no conocen los riesgos?”. En la segunda declaración, Grossi salió con que “no se preocupen. El bombardeo no alcanzó nada que libere radioactividad”. ¡Esta vez no!

Está despegando el diálogo para definir los programas y acciones para poner fin a esta perversidad y estupidez, que de manera tan singular ha venido fomentando el Instituto Schiller con sus conferencias internacionales de los últimos años, bajo la dirección de su fundadora Helga Zepp-LaRouche, en especial con su concepto del Comité para la Coincidencia de los Opuestos, que se remonta a Nicolás de Cusa. Vean la coalescencia de las agrupaciones que se han puesto en marcha. Por ejemplo, en Alemania, el 24 de noviembre habrá protestas simultáneas en 18 ciudades, coordinadas por la Revuelta de los Empresarios, con repercusiones entre varias ciudades alemanas y francesas. A su vez, esas conexiones entre las ciudades se extienden, a través del movimiento de los agricultores, hasta las Américas, norte y sur, y a la India. Las consignas de la protesta alemana del 24 de noviembre van al punto: solucionar el conflicto de Ucrania, detener la crisis energética, combatir la inflación, y poner fin a las sanciones. En particular, condenan a los legisladores que practican una “política fuera de la realidad”.

 

El Sur global dio la vuelta a la tortilla en la cumbre de la COP27

 

Fuente:

La COP27 terminó en FIASCOP27; se fortalece el empuje del liderazgo por un nuevo marco económico y de paz. 22 de noviembre de 2022.

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