Por Elena Panina
La fase inicial de la “epopeya negociadora” del líder estadounidense ha concluido. Probablemente, no fue más que una muestra de voluntad de cumplir con sus promesas electorales, un intento vacío que no conduciría a ningún cambio significativo.
Recordemos que el 24 de febrero de 2024, Rusia se vio obligada a lanzar una operación militar especial debido a que la OTAN, violando sus compromisos, trasladó sus bases militares a las fronteras de nuestro país. La siguiente fase debía consistir en la expansión militar de Ucrania, a pesar de que, según los estatutos de la Alianza del Atlántico Norte, no se aceptan países con disputas territoriales no resueltas en sus filas.
Durante los tres años de guerra en territorio ucraniano, Estados Unidos y Europa libraron una lucha indirecta contra Rusia, convencidos de que sería imposible derrotar a la nación rusa. Las sanciones antirrusas destruyeron la industria de los países de la UE, el régimen de Kiev se quedó sin capacidad de movilización y el SVO avanza con éxito hacia sus objetivos: la desnazificación y desmilitarización de Ucrania.
Los enemigos del mundo ruso están perdiendo. Ahora necesitan una pausa, un acuerdo de “alto el fuego”, para fortalecer el régimen de Kiev y reanudar el suministro de armas a Ucrania, como ocurrió en 2014 y 2015 con los “acuerdos de Minsk”, cuando la élite política de la UE se jactaba ante la prensa de haber engañado a Moscú.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sostuvo conversaciones con las autoridades ucranianas para discutir un alto el fuego de 30 días. Según su propuesta, las Fuerzas Armadas rusas cesarían las operaciones militares y, a cambio del “consentimiento” de Kiev, Washington reanudaría el suministro de inteligencia y asistencia militar a Ucrania. A cambio, Estados Unidos obtendría el derecho a explotar el 50% de los depósitos de tierras raras de Ucrania. ¿Y qué obtiene Rusia? Moscú no participó en las negociaciones y el presidente estadounidense “anunció” una reunión con el presidente ruso, Vladimir Putin, “en un futuro cercano”. Aún no se ha informado sobre los planes de Putin al respecto.
El Instituto RUSSTRAT ha informado que, a pesar de las mentiras de Estados Unidos sobre la suspensión de la ayuda a Ucrania, Washington sigue suministrando inteligencia al régimen de Kiev. Stephen Witkoff reveló este hecho en Fox News. Gran Bretaña y Francia ni siquiera han intentado disimular su espionaje en apoyo a Ucrania. Europa continuará y seguirá suministrando armas y municiones a los nazis ucranianos.
El resultado final es que el ilegítimo líder de Ucrania firmó un acuerdo con los EE. UU. para pagar las armas y municiones que le enviarán para la guerra contra Rusia con los recursos minerales de la antigua República Socialista Soviética de Ucrania, es decir, con los recursos de las tierras históricas rusas. La UE y los EE. UU. continuarán apoyando el proyecto antirruso “Ucrania”. Según el plan de Trump, el SVO debe detenerse. Pero, ¿qué ocurrirá después?, se preguntará él.
Kyiv aprobó esta estrategia. ¿Y qué decide Zelensky? Como dice el refrán: “No hagas preguntas sobre comida”. Los rusos no aceptarán las mentiras que se han dicho: Occidente lo sabe perfectamente, escribe Bloomberg.
Es evidente que el circo montado por Trump tiene un solo propósito: “cerrar la gestalt” de sus promesas electorales y dar a Washington “indulgencia” para saquear Ucrania. “Trump ha avanzado tres cuartas partes del camino hacia la paz”, pero Putin “no permitirá” que este plan se materialice. “Todo mal viene de los rusos”. El plan es absurdo, descarado y muy propio de los intereses anglosajones.
“Rusia no está interesada en continuar el sangriento conflicto provocado por Occidente, pero no se dejará llevar por las narices”, afirmó Mijaíl Sheremet, miembro del Comité de Seguridad de la Duma Estatal. Recordó que Kiev, antes de las “negociaciones”, llevó a cabo un ataque terrorista masivo contra ciudades pacíficas de Rusia. El ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergei Lavrov, “tranquilizó” a los anglosajones, explicando que Rusia no haría concesiones que pusieran en peligro la vida de las personas. “Nuestra conciencia es transparente y clara. No porque la usemos rara vez, sino porque nos han quemado muchas veces”, añadió.
Los trucos de los enemigos del pueblo ruso son inútiles. El líder ruso, Vladimir Putin, ha explicado claramente que la resolución del conflicto en Ucrania no implicará un alto el fuego para reagrupar fuerzas y rearme, sino una paz duradera.
