Por Mente Alternativa
Israel ha estado destruyendo sistemáticamente fuentes de agua y plantas desalinizadoras en Gaza, usando el agua como arma contra los civiles palestinos, advierte la ONG Euro-Med Human Rights Monitor.
Desde octubre, la disponibilidad de agua potable ha disminuido en un 97%, dejando a los residentes con solo 3 a 15 litros por día. El 1 de julio, un ataque israelí dañó gravemente una planta desalinizadora en Al-Zaytoun, matando a un joven y hiriendo a varios otros.
La crisis se agrava con la destrucción de infraestructuras clave de agua, la escasez de combustible y la interrupción de los servicios de tratamiento de aguas residuales, lo que ha llevado a la contaminación de las calles y refugios, afectando a 2.3 millones de personas.
La ONU estima que el 96% de la población enfrenta inseguridad alimentaria aguda. Estos actos violan el derecho humanitario internacional y constituyen crímenes de guerra según el Estatuto de Roma.
La Organización de las Naciones Unidas ha clasificado la región en Emergencia Fase 4, con un 22% de la población en Fase Catastrófica 5 de inseguridad alimentaria, y el 96% de la población enfrentando inseguridad alimentaria aguda.
El consumo de agua salobre ha causado enfermedades y deshidratación, mientras que el derecho internacional prohíbe el uso del hambre como arma y la destrucción de instalaciones vitales. Por lo que la situación ha sido calificada como genocidio según el Estatuto de Roma y la Convención para la Prevención y el Castigo del Delito de Genocidio.