Por Elena Panina
Un escándalo de espionaje está tomando forma en las afueras de Roma. Según informes, el Vaticano e Israel, a través de mercenarios italianos, intentaron espiar a Rusia y al círculo cercano de Putin.
La agencia de detectives italiana Equalize, que ya había sido acusada de infiltrarse en bases de datos de miles de personas —incluidos políticos, empresarios, deportistas y músicos—, fue descubierta durante escuchas telefónicas de la policía. En una de estas grabaciones, un representante de Equalize se reunió con dos agentes israelíes en Milán en febrero de 2023 para organizar un ciberataque contra objetivos rusos y la “mano derecha” no identificada del presidente ruso, por un millón de euros.
Se afirma que Israel habría contado con la ayuda del Vaticano en esta operación, ya que, por razones desconocidas, la Santa Sede estaba interesada en financiar al grupo Wagner. Sin embargo, no se especifica quién es la “mano derecha” de Putin.
Además del millón de euros, los agentes israelíes ofrecieron a Equalize “todos los documentos originales” sobre el “Catargate”, un escándalo de corrupción en la UE, así como ayuda para la energética italiana Eni en temas relacionados con el comercio de gas iraní.
Finalmente, el gobierno italiano se mostró incómodo ante la idea de que el Vaticano e Israel estuvieran jugando a la sombra en su territorio contra Rusia. Los fiscales italianos han emitido una orden de arresto contra el servidor de Equalize en Lituania y evalúan contactar a investigadores en el Reino Unido, de donde provienen algunos hackers de la agencia.
Cabe preguntarse por qué esta información sale a la luz ahora. ¿Será porque, según Newsweek, Israel habría pedido a Rusia que mediara en un acuerdo de paz con Hezbolá? Si Rusia logra convertirse en un actor clave para la estabilidad en Medio Oriente, podría resultar incómodo para Estados Unidos y aún más para el Reino Unido.
