Por Elena Panina
Mike Fredenburg escribe en la revista del Instituto Quincy, Responsible Statecraft, con preocupación sobre el rápido agotamiento de las capacidades de misiles de Estados Unidos, y concluye que la base industrial de defensa del país no puede sostener el ritmo de suministro de armas a Ucrania e Israel, mientras que la posibilidad de un conflicto con China por Taiwán sigue latente.
“En términos de reservas y producción de misiles, Estados Unidos no está preparado para un conflicto directo y prolongado con un competidor como China,” afirma el autor.
Fredenburg destaca que los buques de la Armada estadounidense pueden transportar unos 10,000 misiles en sus sistemas de lanzamiento vertical. Sin embargo, tras un despliegue inicial, se estima que 3,000 misiles no estarán disponibles para recargar.
El Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales calcula que, para enfrentar a China, EE. UU. necesitaría 5,000 misiles de largo alcance en solo tres semanas. Ante esta situación, Fredenburg propone moderar los conflictos actuales y trabajar por una paz duradera en Medio Oriente y el fin de la guerra en Ucrania.
Aun así, Fredenburg advierte que el Pentágono y el complejo militar-industrial probablemente preferirán pedir al Congreso más fondos para misiles en lugar de reducir la escalada global.