Por Mente Alternativa
En una entrevista reciente con el inversionista Tom Bodrovics, David Murrin, un destacado analista financiero y ex vicepresidente de J.P. Morgan’s Global Markets, compartió sus proyecciones estratégicas sobre la coyuntura geopolítica actual y sus implicaciones económicas.
Murrin sugiere que el actual conflicto entre Rusia y Ucrania, con la OTAN como parte interesada, podría ser el preludio de una Tercera Guerra Mundial y afirma que fue desencadenado por el Ciclo de Kondratiev de turbulencia económica, que también explicaría por qué hay grandes guerras cada 112 años aproximadamente. Las ondas de Kondrátiev, nombradas así por el economista soviético Nikolái Kondrátiev, son fluctuaciones cíclicas de largo plazo de la economía capitalista mundial, con duraciones de entre 47 y 60 años, alternando períodos de alto crecimiento y de crecimiento lento, donde las crisis y depresiones son más pronunciadas. El conflicto en Ucrania, según Murrin, es un indicador del inicio de un período de turbulencias económicas y geopolíticas que podría tener repercusiones globales.
El analista aborda el tema de la inflación, describiéndola como un síntoma de sistemas económicos que requieren una transformación, y predice que podría exacerbar la escasez de demanda y llevar a una reducción en el suministro de materias primas, un fenómeno que podría intensificarse debido a la reaparición de tensiones similares a la Guerra Fría y el aumento de conflictos internacionales. Además, destaca la importancia de la alianza BRICS Plus y la tendencia hacia la desglobalización, proponiendo que el crecimiento económico futuro dependerá de la productividad y la innovación.
En el escenario de una Tercera Guerra Mundial, Murrin anticipa la implementación de economías de guerra y medidas de represión financiera, lo que podría dividir al mundo en dos bloques económicos principales: Oriente y Occidente. Este escenario podría desencadenar una ola de ventas masivas en los mercados de valores globales, impulsada por el pánico y la incertidumbre, lo que a su vez podría causar un descenso abrupto en los precios de las acciones.
La interrupción de las cadenas de suministro y el aumento de la demanda militar podrían llevar a un incremento significativo en los precios de las materias primas, incluyendo el petróleo y los alimentos. Aunque el dólar estadounidense podría experimentar un fortalecimiento inicial como activo refugio, su valor podría verse comprometido si la economía de Estados Unidos se ve afectada negativamente.
Murrin también analiza el impacto de la inflación en las diferentes economías y la fragilidad del sistema bancario. Advierte que la inflación, que ha impulsado el aumento de las tasas de interés en todo el mundo, podría conducir a una crisis bancaria. En este contexto, recomienda considerar inversiones en activos refugio como el oro, la plata y Bitcoin, ya que podrían experimentar alzas históricas en precio debido a las circunstancias actuales.
Además, Murrin expresa sus preocupaciones sobre la inestabilidad política y social, trazando paralelismos con predicciones que hizo hace dos décadas. Destaca la importancia del activismo individual y la libertad de expresión como motores del cambio social.
Es importante destacar que las opiniones de Murrin son de naturaleza informativa y no deben ser consideradas como consejos de inversión. Su análisis ofrece una visión valiosa sobre cómo los eventos geopolíticos y económicos globales podrían interactuar y afectar el futuro de las finanzas internacionales.