Por Mente Alternativa
La guerra comercial entre Estados Unidos y sus principales socios económicos ha escalado nuevamente tras el anuncio de la Casa Blanca el 1 de febrero. A partir del 4 de febrero, el gobierno de Donald Trump impone nuevos aranceles a productos provenientes de China, México y Canadá, con el argumento de combatir el flujo de drogas hacia territorio estadounidense. Sin embargo, esta medida ha generado una fuerte reacción internacional y un incremento en las tensiones diplomáticas.
La administración Trump ha justificado estos aranceles alegando que China, México y Canadá no han cumplido con su compromiso de detener el tráfico de drogas, en particular el fentanilo. “El anuncio de hoy es necesario para hacer responsables a estos países de sus promesas”, declaró la Casa Blanca en un comunicado oficial.
Sin embargo, China rechazó de inmediato la medida. Un portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores calificó la acción como una excusa para dañar el comercio bilateral y aseguró que el país tomará “contramedidas necesarias para defender sus intereses legítimos”. Por su parte, el Ministerio de Comercio chino instó a Estados Unidos a cesar sus “prácticas erróneas” y a fomentar la cooperación en igualdad de condiciones.
El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, no tardó en responder y advirtió que estos aranceles afectarán a la economía estadounidense. “Los aranceles contra Canadá pondrán en riesgo empleos en EE.UU., podrían cerrar plantas de ensamblaje y aumentar los costos de vida para los estadounidenses”, afirmó Trudeau. Además, anunció que su gobierno responderá con aranceles del 25% a productos estadounidenses por un valor de 155 mil millones de dólares canadienses.
México, por su parte, también se pronunció con contundencia. La presidenta Claudia Sheinbaum rechazó categóricamente las acusaciones de la Casa Blanca, que vinculan a su gobierno con el crimen organizado. A través de su cuenta oficial de X (Twitter), Sheinbaum declaró: “Rechazamos la calumnia de la Casa Blanca sobre supuestas alianzas del Gobierno de México con el crimen organizado, así como cualquier intento de intervención en nuestro territorio”.
Además, Sheinbaum señaló que el verdadero problema radica en el tráfico de armas desde EE.UU. hacia México. “Si existe alguna alianza, es la que permite la venta de armas de alto poder a estos grupos criminales, como ha quedado demostrado por el propio Departamento de Justicia de EE.UU.”, puntualizó.
Los analistas advierten que estas tensiones podrían tener consecuencias graves para el comercio internacional. La imposición de aranceles podría provocar represalias comerciales adicionales, afectando la economía global y exacerbando la inflación en EE.UU. Además, la relación entre EE.UU. y China podría deteriorarse aún más, afectando cadenas de suministro clave y aumentando la volatilidad en los mercados financieros.
El futuro de la guerra comercial sigue siendo incierto. A medida que los países afectados responden con sus propias medidas, el impacto económico y diplomático de estas acciones podría prolongarse por meses o incluso años.
