Por Mente Alternativa
Israel continúa con su brutal ofensiva militar contra Gaza, provocando un colapso total en las condiciones humanitarias de la Franja. Desde el 30 de abril, el hambre ha llevado a la población palestina a saquear almacenes de ayuda humanitaria, panaderías y comercios, según informes de la prensa internacional. La situación ha escalado a niveles alarmantes, con escenas de desesperación y enfrentamientos por el agua y los pocos alimentos disponibles. Organizaciones como el Comité Internacional de la Cruz Roja y el Consejo Noruego para los Refugiados advierten que, sin una acción inmediata, Gaza se hundirá en un caos irreversible.
Mientras tanto, el gobierno de Netanyahu insiste en una estrategia militar intensiva para ocupar permanentemente Gaza, alegando que busca evitar que la ayuda llegue a manos de Hamas.
El ministro de Finanzas israelí, Bezalel Smotrich, declaró en una entrevista con el Canal 12 que Israel ocupará por completo la Franja de Gaza, priorizando la derrota de Hamas sobre la liberación de los rehenes restantes, por lo que esta ocupación permanente también costará vidas al régimen sionista y desviará al ejército de su verdadero propósito: defender a Israel, no intereses políticos.
La ONU ha rechazado este plan, denunciándolo como un intento de controlar los suministros vitales como táctica de guerra. El bloqueo se mantiene firme pese a la presión internacional, y más de 52,000 palestinos han muerto desde el inicio del conflicto.
La población civil, especialmente niños y ancianos, enfrenta un exterminio lento por hambre y enfermedad. La nueva estrategia de Israel —“despejar y mantener”— profundiza la catástrofe al desplazar a cientos de miles hacia el sur sin garantías de supervivencia. Esta política podría tener consecuencias permanentes sobre el futuro de Gaza y su gente, mientras el mundo observa, en gran parte, en silencio.
