Por Andrei Fursov
El horizonte máximo para una previsión real hoy es de 3 a 4 años. Los cambios se están produciendo demasiado rápido. Sin embargo, en algunas partes del planeta, el futuro prácticamente ya ha llegado. Tendemos a pensar en el futuro como una versión mejorada del presente, pero no es así en absoluto. La situación actual en Oriente Medio, en muchas partes de África o en Ucrania es el futuro. El número de esas “zonas grises” en el mundo no hará más que crecer. Algunos estados ya existen sólo en el mapa. No quedan más de cinco estados independientes, más o menos soberanos, en el mundo, y su soberanía, incluso la de Estados Unidos, es incompleta.
Para Rusia, girar hacia Oriente es la única manera de mantenerse a flote. Todos recordamos el giro hacia Occidente en los años 1990’s y a qué condujo. Pero girar hacia Oriente es un paso táctico; y no hay que esperar mucho. China siempre jugará su propio juego; su economía es demasiado grande para tener aliados estratégicos. Los aliados de China son siempre temporales. La India está demasiado estrechamente vinculada a la Commonwealth británica y su elite político-económica está arraigada en Occidente. Por lo tanto, todo lo que se habla de la alianza de la Federación de Rusia, China y la India como una fuerza global que se opone a Occidente es una ingenuidad.
Sobre el autor
Andrei Fursov es filósofo, historiador, miembro de la Academia Internacional de Ciencias (Innsbruck, Austria), director del centro de estudios rusos de la Universidad Humanitaria de Moscú, director del Instituto de Análisis Sistémico-estratégico, Jefe del Departamento de Asia y África INION RAN, y jefe del Centro de Metodología e Información del Instituto de Conservadurismo Dinámico.