Por Andrei Fursov
El núcleo de la élite mundial es anglosajón (1) y judío. Sin embargo, a una pequeña parte de los musulmanes se les permite la entrada. Se trata, por ejemplo, de mestizos como el Aga Khan [actualmente Karīm al-Ḥussayni, imán, príncipe y líder de los musulmanes chiitas ismaelíes nizaríes, nacido en Ginebra, Suiza, cuya fortuna supera los 10 mil millones de dólares].
Hay familias enteras en el mundo árabe que han tenido estrechos vínculos, incluidos vínculos familiares, con los británicos durante tres o cuatro generaciones. Y no me refiero en absoluto a los indios: la élite india está totalmente integrada en la élite mundial. Hay suburbios indios enteros en el Reino Unido, y nunca hemos oído hablar allí de disturbios. En cambio, los residentes de Pakistán y Bangladesh que viven dentro del Reino Unido llaman la atención con regularidad.
Es difícil hacer una previsión a largo plazo, pero sigo pensando que durante los próximos 100 años el núcleo de la élite mundial seguirá siendo blanco. Se erosionará, pero no sabemos hasta dónde llegará este proceso, pues los giros y vueltas de la historia moderna son impredecibles.
Nota del editor
1. En diversos trabajos, el autor ha enfatizado que el factor anglosajón en realidad es anglo-veneciano. Ver: Andrei Ilyich Fursov: La conspiración / economía criptopolítica del capitalismo como base para el estudio de las élites occidentales (informe pericial del autor); Club Izborsky, 2016; y Андрей Фурсов: Миром управляют древние семьи. Два элитарных кластера, которые разделят планету. 21 de junio de 2024: “El conglomerado de élites de Occidente…comenzó a formarse en el siglo X y Venecia fue su partera. Cuando los venecianos fueron bloqueados al Este por los otomanos en el siglo XV, surgieron contradicciones entre los clanes venecianos. Entonces surgió la idea de tomar algún Estado europeo para convertirlo en la nueva Venecia. Los viejos clanes optaron por el Vaticano. Los nuevos clanes optaron por Holanda. De hecho en algunos mapas Holanda es representada como un Leon. Pero con los años resultó que Holanda, un país anfibio, era muy vulnerable desde el continente. Por lo que decidieron trasladarse a Inglaterra, donde transplantaron toda su capacidad de inteligencia económica y política.”
Sobre el autor
Andrei Fursov es filósofo, historiador, miembro de la Academia Internacional de Ciencias (Innsbruck, Austria), director del centro de estudios rusos de la Universidad Humanitaria de Moscú, director del Instituto de Análisis Sistémico-estratégico, Jefe del Departamento de Asia y África INION RAN, y jefe del Centro de Metodología e Información del Instituto de Conservadurismo Dinámico.
