Por Mente Alternativa
Francia ha dado un paso crucial en su apoyo militar a Ucrania, permitiendo el uso de misiles de largo alcance SCALP-EG contra objetivos dentro de las fronteras internacionalmente reconocidas de Rusia antes de 2014, informó EIR. Estos misiles, con un alcance de 390 millas, refuerzan el arsenal ucraniano y elevan las tensiones en un conflicto que ya tiene implicaciones globales significativas.
Jean-Noël Barrot, Ministro de Relaciones Exteriores de Francia, declaró recientemente a la BBC que París no establece “líneas rojas” para su apoyo a Ucrania, confirmando así la disposición de su país a ampliar su participación indirecta en el conflicto. Esta decisión alinea a Francia con el enfoque de Estados Unidos y Reino Unido, consolidando lo que algunos analistas denominan el “club anglo-francés” en la guerra contra Rusia.
El empleo de misiles SCALP-EG dentro de las fronteras pre-2014 de Rusia plantea serias interrogantes sobre las posibles respuestas de Moscú. Además, aumenta el riesgo de que el conflicto escale hacia un enfrentamiento directo entre la OTAN y Rusia, lo que tendría repercusiones globales.
La participación de Francia, junto con la presión ejercida por Londres y Washington para el uso de misiles de largo alcance, refleja un patrón de intervención creciente por parte de las potencias occidentales. Esta estrategia, que incluye el uso de inteligencia de la OTAN, refuerza la percepción de que el conflicto ya no es solo entre Rusia y Ucrania, sino entre bloques geopolíticos enfrentados.
Si bien el objetivo declarado es ayudar a Ucrania a defender su soberanía, el riesgo de una escalada nuclear no puede ser ignorado. Francia, como actor clave en la OTAN, asume ahora una posición que podría redefinir las dinámicas del conflicto y el equilibrio de poder global.